Texto Bienvenidas al Instituto de Genero y Tecnologías para Defensoras de la Tierra

Imatge
Àmbits de Treball

Que imagi­na­ción pudo inven­tar la infra­es­truc­tura de la milpa,

la revu­elta de la hierba contra el cemento,

la rebe­lión del diente de león,

Que fuerza sacude las pare­des hasta que se fisu­ran,

Que hace que las ramas del árbol vuel­van a crecer cuando han sido corta­das,

Que disi­mula los pasa­jes entre la muerte y el naci­mi­ento? 

Quien lidera la revo­lu­ción de la tierra?”



Se adapto y tradujo un extracto del poema de Susan Saxe, Una pregunta estú pida (aunque el IGT era un espa­cio seguro en el cual no habían pregun­tas estú pi­das ;-)

Bien­ve­ni­das al quinto Insti­tuto de Genero y Tecno­lo­gía

Aquí esta­mos cara a cara, ojos mirán­dose, cora­zo­nes humil­des y ansi­o­sos, hubo mucha cons­pi­ra­ción y amor por parte de muchas perso­nas para que pudi­é­ra­mos encon­trar­nos hoy aquí, FRIDA, Mama Cash, Amnesty Inter­na­ti­o­nal, Via Campe­sina, Fondo de Accion Urgente LAC, JASS, Fondo Centro­a­me­ri­cano de Muje­res, Protec­tion Inter­na­ti­o­nal, Tecni­cas Rudas, Lucha­do­ras, Labo­ra­to­rio de Inter­co­nec­ti­vi­da­des y las compañe­ras de Ciber­se­gu­ras.

a veces solo pode­mos pensar en las perso­nas que nos odian y nos atacan por ser quie­nes somos y hacer lo que hace­mos, a veces nos olvi­da­mos de todas esas perso­nas que no cono­ce­mos y que se preo­cu­pan por noso­tras, nos desean lo mejor y nos apoyan de mil mane­ras … somos muchas

este encu­en­tro es un acer­ca­mi­ento para pensar los terri­to­rios desde nues­tras prac­ti­cas y nues­tros femi­nis­mos varios, defen­de­mos los terri­to­rios y las redes de la vida, defen­de­mos cono­ci­mi­en­tos anti­guos y crea­mos mundos nuevos, unos cuer­pos libres, una inter­net libre, desar­ro­lla­mos y mante­ne­mos tecno­lo­gías libe­ra­do­ras y apro­pi­a­das,

Sabe­mos que la diver­si­dad debe primar, la diver­si­dad de los ecosis­te­mas y de los siste­mas técni­cos; en este IGT vamos a crear puen­tes y tejer alian­zas entre la sobe­ra­nía de nues­tros cuer­pos, la sobe­ra­nía alimen­ta­ria, y la sobe­ra­nía tecno­ló­gica, estas alian­zas insos­pe­cha­das son también nues­tra forma de luchar en contra de la alianza crimi­nal entre capi­ta­lismo y patri­ar­cado

Todas compar­ti­mos otros puntos en común, la nece­si­dad de comu­ni­car e infor­mar, como defen­so­ras y acti­vis­tas, tene­mos que poder comu­ni­car con nues­tras redes de soporte y alia­das, colec­tar prue­bas y testi­mo­nios, docu­men­tar nues­tras memo­rias, expli­ci­tar lo que hace­mos, porque lo hace­mos, para que nues­tras refle­xi­o­nes, peti­ci­o­nes, propu­es­tas y acci­o­nes colec­ti­vas, lleguen a mas gente, para que nues­tras luchas tan nece­sa­rias para trans­for­mar, cambiar y salvar el mundo no se queden sin voz, sin espa­cio donde cons­truir.

Pero debe­rí­a­mos contar con otras tecno­lo­gías, algo mejor que lo que hoy en día llama­mos « tecno­lo­gías de infor­ma­ción y comu­ni­ca­ción » (TIC). Estas cajas negras en las que se han conver­tido las tele­vi­si­o­nes que antes eran de bulbos y ahora son “inte­li­gen­tes”; las radios que se movían libres en el espec­tro elec­tro­mag­né­tico, un bien común, libre como el viento y las estre­llas y que ahora se priva­tiza para mandar mensa­jes de what­sapp;

el naci­mi­ento de nuevas tecno­lo­gías que nos llegan de dese­cho; la enaje­na­ción por formas de vida desco­nec­ta­das en la era de la conec­ti­vi­dad; Un móvil que es una compu­ta­dora, una compu­ta­dora que se vuelve obso­leta en un abrir y cerrar de ojos, unas table­tas de panta­llas oscu­ras, unos dispo­si­ti­vos conec­ta­dos a inter­net que nos cuan­ti­fi­can, menos­pre­cian, contro­lan, rastrean y vigi­lan.

En este IGT vamos a conver­sar y poli­ti­zar nues­tras prac­ti­cas con las tecno­lo­gías de infor­ma­ción y comu­ni­ca­ción, sus costes psico­ló­gi­cos, soci­a­les, polí­ti­cos, ecoló­gi­cos y econó­mi­cos.

Para tener esta conver­sa­ción vamos a convo­car a todas las que están siendo explo­ta­das por un sistema inhu­mano, un sistema que consi­dera las vidas como dese­cha­bles, nos encon­tra­re­mos en las ciuda­des que habi­tan; terri­to­rios en los que la epide­mia de los femi­ni­ci­dios conti­nua creci­endo, podre­mos un pie en las fron­te­ras y zonas econó­mi­cas espe­ci­a­les para alimen­tar un ecosis­tema tecno­ló­gico global distor­si­o­nado. Vamos a hablar larga­mente del impacto sobre el planeta, los ríos, los anima­les, las plan­tas, los bosques…

La domi­na­ción de los cuer­pos de las muje­res así como de la tierra por la tecno­lo­gía esta asoci­ada a la mal llamada revo­lu­ción cien­tí­fica. Como nos recu­erda Silvia Fede­rici, la meca­ni­za­ción del cuerpo también supuso la repre­sión de los deseos, las emoci­o­nes y las otras formas de compor­ta­mi­ento sensi­bles que habían de ser erra­di­ca­das. La iden­ti­dad capi­ta­lista surge de ese conflicto entre la mente y el cuerpo, llevando a trans­for­mar el cuerpo y el terri­to­rio como si se tratase de reali­da­des ajenas.

La meca­ni­za­ción creci­ente de la cultura occi­den­tal llevo las maqui­nas a rempla­zar la tierra cuida­dora y cósmica. Estas nuevas imáge­nes de control y domi­na­ción de la natu­ra­leza lleva­ron a cons­truir auto­ri­za­ci­o­nes cultu­ra­les para legi­ti­mar su despojo, libe­rando los proce­sos de comer­ci­a­li­za­ción e indus­tri­a­li­za­ción, permi­ti­endo y fomen­tando las acti­vi­da­des de explo­ta­ción mine­ras, de drenaje, de defo­res­ta­ción y de conta­mi­na­ción.

Hasta fina­les del siglo 20, cada gene­ra­ción a través de la histo­ria ha vivido con la certeza tacita de que exis­ti­rían gene­ra­ci­o­nes futu­ras. Todas partían del presu­pu­esto que sus hijos, y las hijas de sus hijas cami­na­rían en esta misma tierra, bajo este mismo cielo. Esta certi­tud esta por ahora perdida, sean cual sean nues­tras deci­si­o­nes polí­ti­cas por venir.

Esta perdida, no se puede medir o enten­der, y conlleva una reali­dad y un dolor psico­ló­gico esen­cial para enten­der nues­tros tiem­pos. Las reac­ci­o­nes a esta perdida conlle­van una mezcla de senti­mi­en­tos diver­sos: terror, enfado, culpa­bi­li­dad, tris­teza y mucho dolor.

Un elemento que pesa mucho en nues­tros acti­vis­mos y mili­tan­cias es tener que conven­cer a las perso­nas ajenas, las no conven­ci­das, las neutra­les, las apoli­ti­cas de que lo que hace­mos es impor­tante para todas, no lo hace­mos solo para noso­tras, traba­ja­mos en una óptica y una defensa del bien estar y el buen vivir para todas, entre la propi­e­dad comu­nal de la tierra y la gestión de una cultura libre para una inter­net libre exis­ten muchos puen­tes …

Tene­mos que enfren­tar­nos no solo a las insti­tu­ci­o­nes corrup­tas, los gobi­er­nos saque­a­do­res, las multi­na­ci­o­na­les e empre­sas crimi­na­les, si no también a veces, a nues­tros fami­li­a­res, amigos, cono­ci­dos, compañe­ros quie­nes siguen cauti­vos de sus miedos, a veces, prefi­e­ren oponerse acti­va­mente a nues­tro trabajo y a nues­tras propu­es­tas para cambi­arlo todo.

Hace falta mucha empata en este mundo para poder sanar todos estos miedos, las perso­nas que no quie­ren mojarse y se quedan en su zona de confort, fuera de los proble­mas que vamos seña­lando y de las solu­ci­o­nes que vamos propo­ni­endo, puede que las razo­nes de estas perso­nas sean causa­das por el miedo a sufrir, el miedo a pare­cer al servi­cio del impe­rio, el miedo a ser anti desar­ro­llista, el miedo a se disi­dente y romper la comu­ni­dad, el miedo a pare­cer fata­lis­tas o mórbi­dos, el miedo a pare­cer estú pi­dos, el miedo a sentirse culpa­bles, el miedo a causar angus­tia, el miedo a provo­car catás­tro­fes, el miedo a pare­cer dema­si­ado emoci­o­nal, el miedo a ser prota­go­nista, el miedo a perder y el miedo a no regre­sar, el miedo a equi­vo­car­se…

Que es lo que nos permite sentir pena por nues­tro mundo, por nues­tro planeta? Y que es lo que descu­bri­mos cuando cami­na­mos por la senda de esa tris­teza? Descu­bri­mos la inter­co­ne­xión con la vida y con todos los otros seres. Es la red viva a partir de la cual nues­tra indi­vi­du­a­li­dad, nues­tras exis­ten­cias distin­tas, se vuel­ven inter­co­nec­ta­das, entre­la­za­das. Nues­tras vidas se despli­e­gan mas allá de nues­tra piel, exis­ten en inter­de­pen­den­cia radi­cal con el resto del mundo. Existe una red viva entre todos los siste­mas natu­ra­les (cuer­pos, terri­to­rios, natu­ra­leza y maqui­nas como tecno­lo­gías apro­pi­a­das).

El punto de vista cien­tí­fico occi­den­tal meca­ni­cista se basa en una compren­sión del mundo como si estu­vi­era compu­esto por enti­da­des distin­tas y sepa­ra­das: los átomos, las rocas, las plan­tas, los seres huma­nos, pero el planeta es sisté­mico y sinér­gico, somos siste­mas entre­la­za­dos y la vida siem­pre se auto-orga­niza en siste­mas de redes flui­das y abier­tas en las cuales las varias partes traba­jan las unas con las otras, pueden las unas con otras, no traba­jan en contra las unas de las otras, no tienen sentido en siste­mas de domi­na­ción. Los siste­mas de vida evolu­ci­o­nan con flexi­bi­li­dad abri­endo sus entor­nos a corri­en­tes de mate­ria, ener­gía e infor­ma­ción.

Absor­ber la tris­teza y atra­ve­sar la deses­pe­ra­ción

con ternura radi­cal

con soro­ri­dad

con amor lumi­noso

con inge­nio, humor y crea­ti­vi­dad

sin miedo a decre­cer, sin miedo a cambiar, sin miedo a probar cosas nuevas,

En este IGT vamos a anali­zar las partes oscu­ras de las tecno­lo­gías, pondre­mos en común nues­tras estra­te­gias y tácti­cas de resis­ten­cia y miti­ga­ción y vamos a explo­rar, descu­brir y pensar como desar­ro­llar entre todas las tecno­lo­gías que nos mere­ce­mos…

La tecno­lo­gía que nos gusta y que quere­mos compar­tir es la que diseña, desar­ro­lla, distri­buye y sueña tecno­lo­gías que brin­dan bienes­tar y buen vivir, las que no perpe­túan o crean más injus­ti­cia. Versi­o­nar la revo­lu­ción ética y polí­tica en pos de la sobe­ra­nía alimen­ta­ria, crear y consu­mir produc­tos justos y de cerca­nía. Las tecno­lo­gías apro­pi­a­das son las que se desar­ro­llan en una comu­ni­dad que elige el nivel, o el grado de tecno­lo­gías, que nece­sita y que toma en cuenta las mane­ras y los proce­sos de desar­ro­llo para poder cami­nar hacia tecno­lo­gías libe­ra­do­ras.

Vamos a abor­dar juntas el tema de las tecno­lo­gías apro­pi­a­das como eco reso­nante de ese hori­zonte utópico hacia el cual quere­mos cami­nar. Segui­mos con ganas de ir a ese lugar donde se hablan idio­mas desco­no­ci­dos, voca­bu­la­rios que no exis­ten, gramá­ti­cas que no enca­jan.

Quedan tantos mundos por crear. Para tumbar al capi­ta­lismo alie­ní­gena tene­mos que poder imagi­nar futu­ros que no sean distó­pi­cos, futu­ros en los que jugar a cons­truir nues­tras tecno­lo­gías apro­pi­a­das sea común y feliz­mente banal.