¿Territorio internet? Espacios, afectividades y comunidades por la_jes (Sursiendo)

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La imple­men­ta­ción de mega­proyec­tos extrac­ti­vos sigue causando daños en los terri­to­rios y perpe­tu­ando la violen­cia hacia las comu­ni­da­des que en éstos habi­tan. El presente artí­culo propone un acer­ca­mi­ento a Inter­net como un espa­cio terri­to­rial, social y de crea­ción, abor­dando en forma breve su vincu­la­ción con temas ambi­en­ta­les, afec­ti­vos y de resis­ten­cia.

por la_jes (Sursi­endo)

La dimen­sión ambi­en­tal

Los mine­ra­les forman parte de nues­tra coti­di­a­ni­dad, sin ellos la vida tal y como la cono­ce­mos no sería posi­ble. Estos mine­ra­les también están presen­tes en la soci­e­dad de la infor­ma­ción actual, la cual tiene un fuerte compo­nente tecno­ló­gico basado en infra­es­truc­tu­ras informá­ti­cas mate­ri­a­les. La ‘nube’, por ejem­plo, también es mate­ria: suele decirse que es la compu­ta­dora de alguien más en algún otro lugar del mundo. Y aunque « la percep­ción gene­ra­li­zada sobre la tecno­lo­gía consi­dera que su impacto medi­o­am­bi­en­tal es escaso » ésta consume mine­ra­les, plás­ti­cos y mucha ener­gía.

Bajo el sistema capi­ta­lista actual la explo­ta­ción de estos mate­ri­a­les se produce a gran escala y tiene impli­ca­ci­o­nes que lo hacen insos­te­ni­ble para la vida: lega­liza el despojo terri­to­rial y patri­mo­nial de los luga­res donde se asienta; propi­cia desar­ti­cu­la­ción de los teji­dos comu­ni­ta­rios y loca­les; conta­mina aguas, tierra y aire; provoca enfer­me­da­des. Las viola­ci­o­nes a los dere­chos huma­nos son cons­tan­tes y sistemá­ti­cas. Una vez más el sistema priva­tiza los bene­fi­cios [que van única­mente en direc­ción a las corpo­ra­ci­o­nes y sus aledaños] y soci­a­liza las pérdi­das. Las tecno­lo­gías tien­den a repro­du­cir esas asime­trías.

El impacto del consumo tecno­ló­gico pode­mos verlo tanto al final de la linea de produc­ción [por poner uno de los ejem­plos más reco­no­ci­dos, el basu­rero elec­tró­nico de Ghana], como en medio, al cons­ta­tar que las indus­trias de las tecno­lo­gías de la infor­ma­ción y la comu­ni­ca­ción son respon­sa­bles de entre el 2% y el 3% de las emisi­o­nes de gases de efecto inver­na­dero en el mundo.

En medio hay un largo proceso de produc­ción que para el caso de los telé­fo­nos móvi­les por ejem­plo, sabe­mos que tienen una vida de uso que en prome­dio no supera los 18 meses. Por ponerlo en cifras, para la fabri­ca­ción de cada smartp­hone se utili­zan más de 200 mine­ra­les, 80 elemen­tos quími­cos, y más de 300 alea­ci­o­nes y vari­e­da­des de plás­tico. Los mine­ra­les metá­li­cos más utili­za­dos son: cobre, estaño, cobalto, níquel, coltán, oro y plata, muchos de ellos llama­dos ‘mine­ra­les de sangre’ y su extrac­ción se realiza en mayor medida en terri­to­rios del Sur Globaldonde no solo hay dispo­ni­bi­li­dad de ellos sino condi­ci­o­nes ‘favo­ra­bles’: esca­sas exigen­cias de segu­ri­dad, permi­sos ambi­en­ta­les laxos, permi­si­vi­dad de trabajo infan­til, presen­cia de grupos arma­dos ‘lea­les’ a los capi­ta­les, etc.

Por otro lado no es posi­ble tener datos certe­ros sobre consumo de combus­ti­ble nece­sa­rio para la trans­por­ta­ción de las mate­rias primas a los luga­res de fundi­ción y luego a los de fabri­ca­ción de las piezas y de éstos a los luga­res donde se ensam­blan [la más de las veces cada proceso sucede en países dife­ren­tes] y de ahí a la cadena de trans­porte que llevará los dispo­si­ti­vos a las vitri­nas donde llegan relu­ci­en­tes, y ya sin las ‘man­chas’ de antaño. Las condi­ci­o­nes labo­ra­les en toda esta cadena de produc­ción [extrac­ción, fabri­ca­ción, ensam­blaje, trans­por­ta­ción, venta] no son, ni mucho menos, dife­ren­tes a las de cual­quier maquila. Incluyendo el hecho de que son las muje­res quie­nes sufren las conse­cu­en­cias con más frecu­en­cia: « solo en Corea del Sur, la orga­ni­za­ción Sharps ha docu­men­tado más de 370 casos de traba­ja­do­ras de la indus­tria elec­tró­nica, muje­res en su mayo­ría, que contra­je­ron cáncer y enfer­me­da­des incu­ra­bles con apenas 20 ó 30 años de edad ».

En cuanto al uso, se dice que « la indus­tria de las TIC esta­ría consu­mi­endo el 7% de toda la ener­gía eléc­trica gene­rada a nivel mundial », siendo que la gran mayo­ría de ese porcen­taje (entre el 82% y el 84%) sería consumo reali­zado por las y los usua­rios fina­les. Las cade­nas de mensa­jes, nues­tras redes soci­a­les, nues­tras fotos de gati­tos, no son inma­te­ri­a­les.…

La dimen­sión afec­tiva

La dimen­sión de las resis­ten­cias

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