Tejer sentidos para una tecnología co-responsable desde el feminismo y los territorios

Imatge

Sentir­nos, pregun­tar­nos, impli­car­nos, escu­char­nos, [re]cono­cer­nos, vincu­lar­nos. La expe­ri­en­cia de acer­carse a proce­sos-otros, ¿nos abre mundos de posi­bi­li­da­des?

Nues­tros entor­nos han cambi­ado de forma muy veloz, incluso si antes de estos prolon­ga­dos peri­o­dos de cuaren­te­nas nues­tra gestión del tiempo, los víncu­los y afec­tos esta­ban fuer­te­mente atra­ve­sa­dos por proce­sos remo­tos. A la vez, la pande­mia ha hecho que el impacto ambi­en­tal se convi­erta en una expe­ri­en­cia cercana demostrán­do­nos que esta­mos en estre­cha cone­xión: lo que afecta a las perso­nas también afecta al ambi­ente, y vice­versa.

Las eviden­cias exis­ten­tes hacen difí­cil deses­ti­mar la crisis civi­li­za­to­ria que atra­ve­sa­mos, sin embargo, los discur­sos domi­nan­tes manti­e­nen las rece­tas de más “creci­mi­ento y desar­ro­llo” para enfren­tarla. Las mismas rece­tas que nos lleva­ron hasta donde esta­mos.

Uno de los ámbi­tos que mejor da cuenta de este fenó­meno es el tecno­ló­gico. Anclado en concep­ci­o­nes centra­das en mode­los capi­ta­lis­tas, hete­ro­pa­tri­ar­ca­les y colo­ni­a­les la mate­ri­a­li­dad de las tecno­lo­gías se implica en un modelo extrac­tivo que refu­erza las lógi­cas de consumo indis­cri­mi­nado de bienes como el agua, los mine­ra­les, el aire, las perso­nas, la infor­ma­ción y los proce­sos como la produc­ción de ener­gías, compu­es­tos quími­cos o la mine­ría de datos. Basán­dose en un pensa­mi­ento único, lineal y acumu­la­tivo, las tecno­lo­gías digi­ta­les están ancla­das en el capi­ta­lismo neoli­be­ral que dester­ri­to­ri­a­liza perso­nas y proce­sos con lógi­cas de produc­ción y consumo ilimi­tado. Desde su diseño, estas tecno­lo­gías están pensa­das para ser cons­trui­das para un mundo de recur­sos infi­ni­tos.

Sin embargo, vivi­mos en un mundo con recur­sos fini­tos, de ciclos y no de siste­mas line­a­les, donde las perso­nas tran­si­tan en cada pequeño deta­lle de esas cade­nas de produc­ción, aún cuando los propios siste­mas omitan agre­gar ese “factor”. Además, en estos siste­mas algu­nas perso­nas son más escu­cha­das que otras: el entra­mado de polí­ti­cas públi­cas y diplo­ma­cia econó­mica bene­fi­cia a las corpo­ra­ci­o­nes por sobre las pobla­ci­o­nes loca­les.

Esta visión frag­men­tada de la reali­dad y la tecno­lo­gía desco­necta deli­be­ra­da­mente las afec­ta­ci­o­nes de sus causas. Las dico­to­mías urbano/rural, desar­ro­llo/subde­sar­ro­llo, inclu­sión/exclu­sión frecu­en­tes en las narra­ti­vas occi­den­ta­les, no reco­no­cen las dife­ren­tes formas de exis­ten­cia en los terri­to­rios loca­les. Un modelo de desar­ro­llo tecno­ló­gico que se ancla en esta concep­ción extrac­ti­vista implica fuer­tes impac­tos nega­ti­vos tanto en las soci­e­da­des como en el ambi­ente. A la vez, pensar dentro del capi­ta­lismo solo posi­bi­lita plan­tear solu­ci­o­nes capi­ta­lis­tas.

 

 

A las afue­ras de las cajas del sentido común

Los femi­nis­mos nos acer­can a poli­ti­zar nues­tro día a día, también para aten­der los cuida­dos desde propu­es­tas que nos miren en rela­ción con les otres y lo otro. Los ambi­en­ta­lis­mos, en parti­cu­lar los ancla­dos en contex­tos loca­les y de base, poli­ti­zan la rela­ción de la huma­ni­dad con los entor­nos natu­ra­les invi­tando a vernos dentro de ella y no como esci­sión. Ambas pers­pec­ti­vas polí­ti­cas posi­bi­li­tan pensar­nos desde fuera de las cajas del “sentido común”, inco­mo­dan las “verda­des” adqui­ri­das dispu­tando senti­dos, defen­di­endo terri­to­rios, teji­endo rela­ci­o­nes, cons­truyendo desde la diver­si­dad.

Acer­car­nos al diseño, produc­ción, uso y dese­cho de tecno­lo­gías con lentes femi­nis­tas y ambi­en­ta­lis­tas poten­cia ser parte de los proce­sos detrás de inter­net. Si despo­li­ti­zar es desa­fec­tar las rela­ci­o­nes, nues­tro propó­sito tiene que ser poli­ti­zar y tejer­nos a través de los afec­tos y las afec­ta­ci­o­nes, es decir, acer­car­nos a acci­o­nes de co-respon­sa­bi­li­dad.

En perma­cul­tura suele decirse que es dese­a­ble mante­ner cerca los impac­tos que gene­ra­mos. De esa forma pode­mos obser­var, escu­char, apren­der y trans­for­mar nues­tras acci­o­nes. En nues­tras soci­e­da­des, sobre todo si habi­ta­mos zonas urba­nas, esta­mos cada vez más aleja­das de éstos: ¿cómo saber qué marca podría produ­cir nues­tra nave­ga­ción diaria en inter­net, si en la mayo­ría de los casos siqui­era cono­ce­mos dónde va nues­tra bolsa de basura tras dejarla en el depó­sito o de dónde vienen las aguas que salen de nues­tros grifos? Alejar a las perso­nas de éstas y otras infra­es­truc­tu­ras es una estra­te­gia tram­posa que nos desvin­cula de las múlti­ples solu­ci­o­nes tecno­ló­gi­cas que habi­tan nues­tro día a día. También respecto a nues­tra cone­xión a inter­net.

 

Las tecno­lo­gías como dispo­si­ti­vos rela­ci­o­na­les

Esta­ble­cer una distan­cia crítica con las tecno­lo­gías es dese­a­ble y nece­sa­ria. Cues­ti­o­nar sus algo­rit­mos tanto como las rutas de su produc­ción es un paso inicial para empe­zar a trans­for­mar­las. Por eso las propu­es­tas nece­si­tan ser plan­te­a­das en distin­tos nive­les y con dife­ren­tes alcan­ces, combi­nando tecno­lo­gías loca­les, arti­cu­la­ción regi­o­nal, cono­ci­mi­ento compar­tido, diver­si­dad, co-respon­sa­bi­li­dad.

El modelo de desar­ro­llo tecno­ló­gico actual repro­duce una lógica de divi­sión. Sin embargo, en algu­nas cosmo­vi­si­o­nes, sean ambi­en­ta­les o femi­nis­tas, indí­ge­nas o campe­si­nas, inter­sec­ci­o­na­les o ancla­das en los terri­to­rios, la natu­ra­leza y los demás seres vivi­en­tes están estre­cha­mente rela­ci­o­na­dos como parte de la conti­nui­dad de la exis­ten­cia. Conce­bir la huma­ni­dad como parte de su entorno natu­ral posi­bi­li­ta­ría rela­ci­o­nes soci­o­téc­ni­cas más armó­ni­cas. O al menos no extrac­ti­vis­tas.

Extraído de genderit.org

Para cons­truir tecno­lo­gías futu­ras que respon­dan al cuidado de la vida se hace nece­sa­rio reco­nec­tar con mode­los de consumo loca­les, cerca­nos, que propi­cien la diver­si­dad y la cone­xión con las perso­nas produc­to­ras, que escu­chen los ciclos de la vida (la natu­ra­leza tarda millo­nes de años en produ­cir mine­ra­les o el petró­leo), con diseños que respon­dan a esas premi­sas.

Las tecno­lo­gías no son arte­fac­tos sino dispo­si­ti­vos rela­ci­o­na­les. Son rela­ci­o­nes de impli­ca­ción, de afec­ta­ción, de cuidado y tejido colec­tivo. Por eso cons­truir tecno­lo­gías distin­tas al modelo de desar­ro­llo actual resulta esen­cial para tejer otras formas de rela­ci­o­nar­nos.

Esos otros desar­ro­llos, más respe­tu­o­sos de las nece­si­da­des de les otres y lo otro nos permi­tirán también relo­ca­li­zar las tecno­lo­gías y su circu­la­ción, avan­zar sobre mode­los abier­tos de desar­ro­llo de soft­ware y de hard­ware que sosten­gan estas premi­sas, dismi­nuir el consumo y diver­si­fi­carlo, respon­der a problemá­ti­cas que abonen a propu­es­tas basa­das en el cuidado a las pobla­ci­o­nes, comu­ni­da­des y entor­nos.

Una inter­net terri­to­rial y femi­nista respeta la vida en todas sus formas, no la consume, resig­ni­fica el cuidado hacia una ética de los cuida­dos colec­ti­vos al elegir sobre su diseño, extrac­ción, produc­ción, consumo y dese­cho, gene­rando víncu­los y no solo inter­ac­ci­o­nes entre las múlti­ples capas mate­ri­a­les e inma­te­ri­a­les que la confor­man. Habi­li­tan un lugar más digno para deso­be­de­cer las lógi­cas impu­es­tas y también para tejer juntas. Quizás ese sea el desar­ro­llo tecno­ló­gico que permi­ti­ría ver un impacto dese­ado en los mundos que habi­ta­mos.

 

Bibli­o­gra­fía refe­ren­ci­ada

-Ciacci, Jes. 2021a. “Esta­mos luchando para sobre­vi­vir”. La resis­ten­cia a la mine­ría en Acacoya­gua, Chia­pas. Reduce, Reuse, Recy­cle. A guide to circu­lar econo­mies of digi­tal devi­ces, Asso­ci­a­tion for Progres­sive Commu­ni­ca­ti­ons, 13 de enero. https://www.apc.org/es/blog/esta­mos-luchando-para-sobre­vi­vir-la-resis­ten­cia-la-mine­ria-en-acacoya­gua-chia­pas.

-Ciacci, Jes. 2021b. Descon­fiar de las tecno­lo­gías. Centro de Cultura Digi­tal, 8 de marzo. https://edito­rial.centro­cul­tu­ra­di­gi­tal.mx/arti­culo/descon­fiar-de-las-tecno­lo­gias-entre­vista-con-la-jes-del-colec­tivo-sursi­endo

-Ciacci, Jes. 2021c. Imagi­nar un Prin­ci­pio Femi­nista para Inter­net que ponga en el centro la justi­cia ambi­en­tal. Gene­rIT.org, 11 de Mayo. https://gende­rit.org/es/resour­ces/imagi­nar-un-prin­ci­pio-femi­nista-para-inter­net-que-ponga-en-el-centro-la-justi­cia-ambi­en­tal.

-Ciacci, Jes. 2020. [Terri­to­rio III]. Inter­net como terri­to­rio femi­nista en Tecno­a­fec­ci­o­nes. Sursi­endo, 17 de novi­em­bre. https://archive.org/details/tecno­a­fec­ci­o­nes-web/page/n19/mode/1up.

-Garay, Ane. s.f. Diplo­ma­cia Econó­mica en Dicci­o­na­rio Crítico de Empre­sas Tras­na­ci­o­na­les. Obser­va­to­rio de Multi­na­ci­o­na­les de América Latina. Consul­tado el 28 de mayo de 2021. https://omal.info/spip.php?arti­cle4843.

-Ricaurte Quijano, Paola y Ciacci, Jes. 2020a. [Mapear], en Tecno­a­fec­ci­o­nes. Sursi­endo, 17 de novi­em­bre. https://archive.org/details/tecno­a­fec­ci­o­nes-web/page/n19/mode/1up.

-Ricaurte Quijano, Paola y Ciacci, Jes. 2020b. Tech­no­logy for life: Resis­tance from Indi­ge­nous and urban commu­ni­ties in Mexico. Global Infor­ma­tion Soci­ety Watch (GISWatch), Tech­no­logy, the envi­ron­ment and a sustai­na­ble world. https://www.giswatch.org/node/6235.

@sur­si­endo

 

 

Jes Ciacci, Sursi­endo

Chia­pas, México.