Os remitimos al super articulo de la compañera Florencia Golsdman publicado en el Salto.
Un técnico le aprieta un seno de plástico a una robot que gime un gélido “ahhh” y un inevitable escozor nos recorre al presenciar la escena. Observar en otro vídeo la risa forzada de la célebre robot Harmony podría hacernos reír pero, sin dudas, la impaciencia se desata al escuchar las bromas que el androide Henry aprendió de sus programadores.
Estas sensaciones desagradables nos anuncian que el futuro de las y los sex robots ya llegó. Así lo demuestra un informe realizado por la Fundación Responsable Robotics (FRR), cuya misión es “dar forma al futuro del diseño, desarrollo, uso, regulación e implementación robótica responsable”. Este estudio recoge varias encuestas que demuestran que existe un mercado palpable para los robots que ofrecen servicios sexuales.
“Scheutz y Arnold (2016) realizaron una encuesta con 100 participantes de Estados Unidos con edades entre 20 y 61 años compuesto por 43% de mujeres y un 57% de hombres. El sondeo revela que dos tercios de los hombres encuestados estaban a favor del uso de robots sexuales mientras que casi dos tercios de las mujeres se posicionaban en contra, no obstante el 86% de todos los encuestados pensaron que los robots sí cumplirían el deseo sexual de sus usuarios”.