Nuevo estudio explorará la violencia en línea contra las periodistas

 

porJU­LIE POSETTI

Sep 28, 2020 en LA SEGU­RI­DAD DEL PERI­O­DISTA

Post origi­nal aqui

 

Aviso: este artí­culo incluye conte­nido explí­cito que visi­bi­liza el abuso de género en línea.*

Hay un nuevo frente de lucha en la segu­ri­dad de los peri­o­dis­tas; uno en que las muje­res están en el epicen­tro del riesgo. Las amena­zas a la segu­ri­dad digi­tal, psico­ló­gica y física que enfren­tan en su profe­sión se super­po­nen, conver­gen y son inse­pa­ra­bles. Depen­di­endo dónde y cuándo conver­jan, pueden ser situ­a­ci­o­nes ater­ra­do­ras o poten­ci­al­mente morta­les.

Los ries­gos van desde el acoso y el abuso en línea hasta amena­zas de violen­cia sexual. Hay también cada vez más viola­ci­o­nes a la segu­ri­dad y priva­ci­dad digi­tal, junto con tácti­cas de desin­for­ma­ción.

La combi­na­ción de estas amena­zas puede deno­mi­narse «violen­cia de género en línea». Los perpe­tra­do­res van desde misó­gi­nos indi­vi­du­a­les y turbas en red hasta agen­tes de desin­for­ma­ción vincu­la­dos al Estado que buscan soca­var la liber­tad de prensa.

Es por eso que el Centro Inter­na­ci­o­nal para Peri­o­dis­tas (ICFJ) se ha asoci­ado con la Orga­ni­za­ción de las Naci­o­nes Unidas para la Educa­ción, la Cien­cia y la Cultura (UNESCO) en una encu­esta global sobre la inci­den­cia y los impac­tos de este tipo de violen­cia contra las muje­res peri­o­dis­tas, y medi­das efec­ti­vas para comba­tir el problema. La encu­esta, lanzada esta semana, nos ayudará a compren­der la mani­fes­ta­ción de la violen­cia de género en línea en 2020.

Ser capa­ces de descri­bir y enten­der el problema es solo el primer paso. Para respon­der de manera efec­tiva, nece­si­ta­mos saber qué contra­me­di­das se están probando e imple­men­tando, si están funci­o­nando o no y qué muje­res peri­o­dis­tas las nece­si­tan más.

 

[Lee más: Conse­jos y recur­sos de salud mental para peri­o­dis­tas]

¿Cómo expe­ri­men­tan las muje­res peri­o­dis­tas la violen­cia en línea?

La violen­cia en línea amenaza a muje­res peri­o­dis­tas de todo el mundo, a través de una vari­e­dad de plata­for­mas y comu­ni­da­des digi­ta­les. Sea en comen­ta­rios en sitios web o en redes soci­a­les, las profe­si­o­na­les de los medios lidian a diario con una violen­cia en línea que las sigue del trabajo al hogar, inva­di­endo sus espa­cios profe­si­o­na­les y priva­dos. El abuso puede ser prolí­fico y cons­tante. Puede infli­gir daño psico­ló­gico y profe­si­o­nal, obli­gar a las muje­res a dejar el peri­o­dismo y condu­cir a la violen­cia física.

Muchas muje­res que expe­ri­men­tan estos ataques utili­zan térmi­nos común­mente asoci­a­dos con la guerra para descri­bir sus expe­ri­en­cias. “Las muje­res son el blanco de las guer­ras ciber­né­ti­cas de la misma manera que lo son de los bombar­deos ciné­ti­cos”, dijo la peri­o­dista finlan­desa Jessikka Aro.

Cuando la violen­cia de género en inter­net hizo su primera apari­ción, tanto los emple­a­do­res de los medios de comu­ni­ca­ción como las empre­sas de redes soci­a­les la deses­ti­ma­ron como algo que debía acep­tarse en tanto era una conse­cu­en­cia del enga­ge­ment de las audi­en­cias. Con frecu­en­cia, la respon­sa­bi­li­dad de mane­jar el problema recaía en las propias muje­res obje­tivo, a quie­nes se les decía que los ataques en línea no eran un verda­dero problema.

Sin embargo, el repor­teo, la inves­ti­ga­ción y el trabajo de la soci­e­dad civil han logrado que la situ­a­ción y sus impac­tos sean reco­no­ci­dos inter­na­ci­o­nal­mente, y se están desar­ro­llando varias inici­a­ti­vas cola­bo­ra­ti­vas para apoyar a las vícti­mas. Al mismo tiempo, la violen­cia en línea se ha vuelto cada vez más compleja y gene­ra­li­zada, lo que plan­tea impor­tan­tes desa­fíos a los esfu­er­zos desti­na­dos a contrar­res­tarla.

Uno de los ejem­plos más esca­lo­fri­an­tes de violen­cia digi­tal contra una peri­o­dista sigue siendo el caso de 2013 de Caro­line Criado Pérez en el Reino Unido. Este es el tipo de abuso que sufrió por suge­rir que la imagen del ícono lite­ra­rio Jane Austen apare­ci­era en un billete:

«Hubo amena­zas de muti­larme los geni­ta­les, amena­zas de dego­llarme, poner una bomba en mi casa, azotarme con una pistola y quemarme viva. Me dije­ron que me mete­rían palos en la vagina, que me mete­rían penes en la garganta. Me dije­ron que me harían daño hasta que rogase morir, que un hombre eyacu­la­ría en mis ojos. Y luego comen­za­ron a publi­car una direc­ción vincu­lada a mí en Inter­net. Me sentí perse­guida. Me sentí ater­ro­ri­zada».

 

A collection of images depicting online violence against women journalists

Tres tipos de amena­zas conver­gen­tes

Hay tres amena­zas en línea a las que se enfren­tan actu­al­mente las muje­res peri­o­dis­tas:

(1) Acoso y abuso misó­gino

Supone patro­nes de acoso y abuso sexual diri­gido, que incluye amena­zas de violen­cia (como agre­sión sexual, viola­ción y asesi­nato) contra las muje­res peri­o­dis­tas (y sus hijas, herma­nas o madres). También incluye insul­tos de género hacia su apari­en­cia, sexu­a­li­dad y profe­si­o­na­lismo, que están diseña­dos para soca­var su confi­anza y empañar su repu­ta­ción. Tales abusos pueden prove­nir de indi­vi­duos, de «acumu­la­ci­o­nes» forma­das orgá­ni­ca­mente, o de grupos coor­di­na­dos como parte de un ataque en red.

(2) Campañas orques­ta­das de desin­for­ma­ción que se apro­ve­chan de discur­sos misó­gi­nos

Las muje­res peri­o­dis­tas son blanco frecu­ente de campañas de desin­for­ma­ción digi­tal, inclui­dos esfu­er­zos orques­ta­dos que tienen víncu­los con acto­res esta­ta­les. Las carac­te­rís­ti­cas típi­cas de estos ataques son acusar­las falsa­mente de mala conducta profe­si­o­nal, difun­dir difa­ma­ci­o­nes sobre su carác­ter diseña­das para dañar su repu­ta­ción perso­nal y difun­dir imáge­nes mali­ci­o­sas, como videos porno deep­fakememes abusi­vos e imáge­nes mani­pu­la­das. El obje­tivo es soca­var la credi­bi­li­dad de la peri­o­dista, aver­gon­zarla para que retro­ceda y ponerle un freno al peri­o­dismo crítico.

(3) Amena­zas a la segu­ri­dad y priva­ci­dad digi­tal que aumen­tan los ries­gos físi­cos

Los méto­dos de ataque diseña­dos para compro­me­ter la priva­ci­dad, la segu­ri­dad y la protec­ción en línea de las muje­res peri­o­dis­tas incluyen malware, pira­te­ría, doxxing (publi­ca­ción de infor­ma­ción íntima) y spoo­fing(suplan­ta­ción de iden­ti­dad). Estas amena­zan aumen­tan el riesgo de ataques físi­cos contra las muje­res peri­o­dis­tas, ya que pueden impli­car la reve­la­ción de sus direc­ci­o­nes resi­den­ci­a­les y labo­ra­les, y de sus patro­nes de movi­mi­ento.

 

[Lee más: Un sistema de apoyo para comba­tir la violen­cia online contra las muje­res]

Carac­te­rís­ti­cas de la violen­cia en línea

La violen­cia en línea diri­gida contra las muje­res peri­o­dis­tas se mani­fi­esta de diver­sas formas, pero tiene varias carac­te­rís­ti­cas en común.

  1. Está en red: la violen­cia en línea a menudo está orga­ni­zada y es orques­tada.
  2. Irra­dia: la violen­cia en línea contra las muje­res peri­o­dis­tas se irra­dia a sus fami­lias, sus fuen­tes y su público.
  3. Es íntima en deta­lle y entrega; las amena­zas son perso­na­les.

El vínculo entre la violen­cia en línea y los ataques fuera de línea

Ha surgido un nuevo patrón que conecta campañas de violen­cia en línea y ataques fuera de línea, lo que revela la creci­ente amenaza que enfren­tan las muje­res peri­o­dis­tas en todo el mundo.

En octu­bre de 2017, la peri­o­dista de inves­ti­ga­ción Daphne Caru­ana Gali­zia murió cuando una bomba colo­cada debajo de su auto­mó­vil explotó cerca de su casa en Malta. Estaba inves­ti­gando casos de corrup­ción con víncu­los con el Estado. Antes de ser asesi­nada, Caru­ana Gali­zia soportó frecu­en­tes amena­zas en línea y situ­a­ci­o­nes de acoso con claros aspec­tos de género. El patrón de violen­cia asoci­ado con su muerte es tan simi­lar al que está expe­ri­men­tando la editora y direc­tora del medio fili­pino Rappler, Maria Ressa, que los hijos de Caru­ana Gali­zia emiti­e­ron un comu­ni­cado expre­sando su preo­cu­pa­ción de que Ressa también se encu­en­tre en riesgo de asesi­nato.

«Este acoso selec­tivo, esca­lo­fri­an­te­mente simi­lar al perpe­trado contra Ressa, creó las condi­ci­o­nes para el asesi­nato de Daphne», escri­bi­e­ron.

Asimismo, la muerte de la peri­o­dista de inves­ti­ga­ción india Gauri Lankesh también llamó la aten­ción inter­na­ci­o­nal. Lankesh, quien fue asesi­nada a tiros frente a su casa, era cono­cida por ser crítica del extre­mismo de dere­cha y fue objeto de impor­tan­tes abusos en línea antes de su muerte. En los días poste­ri­o­res al asesi­nato de Lankesh, los trolls cele­bra­ron en las redes soci­a­les.

El caso de otra peri­o­dista india, Rana Ayyub, llevó a cinco rela­to­res espe­ci­a­les de las Naci­o­nes Unidas a inter­ve­nir en su defensa luego de la circu­la­ción masiva de infor­ma­ción falsa en línea diseñada para atacar su trabajo. Ayyub fue objeto de desin­for­ma­ción publi­cada en las redes, inclui­dos videos deep­fake que lleva­ron a amena­zas de viola­ción y de muerte. En su decla­ra­ción, los exper­tos de la ONU cita­ron el asesi­nato de Lankesh y pidi­e­ron a la India que actu­ara para prote­ger a Ayyub, decla­rando: «Esta­mos muy preo­cu­pa­dos de que la vida de Rana Ayyub corra un grave riesgo a raíz de estas amena­zas gráfi­cas e inqui­e­tan­tes».

Reco­no­ci­endo la proba­bi­li­dad de que la violen­cia en línea se tras­lade al mundo físico, y subrayando los graves efec­tos en la salud mental del abuso digi­tal, la Asam­blea Gene­ral de las Naci­o­nes Unidas ha apro­bado una reso­lu­ción que condena todos los "ataques espe­cí­fi­cos contra muje­res peri­o­dis­tas en el ejer­ci­cio de su trabajo, incluida la discri­mi­na­ción y violen­cia, inti­mi­da­ción y acoso por moti­vos de género, en línea y fuera de línea”.

La violen­cia digi­tal contra las muje­res peri­o­dis­tas equi­vale a un ataque a la liber­tad de los medios de comu­ni­ca­ción, que abarca el dere­cho del público a acce­der a la infor­ma­ción, y su norma­li­za­ción no puede permi­tirse.

Sobre el proyecto de inves­ti­ga­ción-acción ICFJ-UNESCO y cómo parti­ci­par

La encu­esta que lanza­mos esta semana se elaboró en cola­bo­ra­ción con el Centro para la Liber­tad de los Medios (CFOM) de la Univer­si­dad de Shef­field. Es parte de un estu­dio en curso de la UNESCO-ICFJ sobre la violen­cia en línea contra las muje­res peri­o­dis­tas.

Juntos, esta­mos mape­ando el problema tal como se mani­fi­esta en 15 países: Brasil, Kenia, Líbano, México, Nige­ria, Pakistán, Fili­pi­nas, Polo­nia, Serbia, Sudá­frica, Sri Lanka, Suecia y Túnez. También esta­mos produ­ci­endo estu­dios de casos de alta tecno­lo­gía centra­dos en muje­res peri­o­dis­tas espe­cí­fi­cas.

Nues­tros obje­ti­vos:

  • Mapear la escala y ampli­tud del problema a nivel inter­na­ci­o­nal, espe­ci­al­mente en el Sur Global, que ha sido poco estu­di­ado.
  • Enten­der cómo varían los patro­nes de violen­cia en línea contra las muje­res peri­o­dis­tas en todo el mundo.
  • Exami­nar de qué manera las muje­res peri­o­dis­tas expe­ri­men­tan la violen­cia en línea de manera inter­sec­ci­o­nal.
  • Evaluar la efec­ti­vi­dad de los inten­tos de abor­dar la crisis.
  • Hacer reco­men­da­ci­o­nes a la ONU, los gobi­er­nos, la indus­tria, las orga­ni­za­ci­o­nes de la soci­e­dad civil y las empre­sas de tecno­lo­gía sobre formas más efec­ti­vas de contrar­res­tar el problema.

En nues­tro trabajo conta­mos con el apoyo de la Red de Peri­o­dismo Ético (EJN), el Centro Dart de Asia Pací­fico y la Asoci­a­ción Inter­na­ci­o­nal de Muje­res en Radio y Tele­vi­sión (IAWRT).

Para parti­ci­par en la encu­esta contacta a:

ICFJ: Dr. Julie Posetti (jposettiaticfj [ punto ] org (jposetti[at]icfj[dot]org)) o Fatima Bahja (fbahjaaticfj [ punto ] org (fbahja[at]icfj[dot]org))

UNESCO: Saorla McCabe (s [ punto ] mccabeatunesco [ punto ] org (s[dot]mccabe[at]unesco[dot]org)) o Theresa Chor­ba­cher (t [ punto ] chor­ba­cheratunesco [ punto ] org (t[dot]chor­ba­cher[at]unesco[dot]org))

* Si el conte­nido de este artí­culo te ha resul­tado angus­ti­oso o difí­cil, no estás sola. Hay recur­sos dispo­ni­bles para ayudarte. Empi­eza por explo­rar los recur­sos del Centro Dart de Peri­o­dismo y Trauma, y busca apoyo psico­ló­gico si es nece­sa­rio.

Este artí­culo se basa en un discurso de aper­tura que Julie Posetti pronun­ció en la confe­ren­cia Oslo Safety of Jour­na­lists, en novi­em­bre de 2019, titu­lada «The New Front­line: Female Jour­na­lists at the Inter­sec­tion of Conver­ging Digi­tal Age Thre­ats» («El nuevo frente: muje­res peri­o­dis­tas en la inter­sec­ción de las amena­zas conver­gen­tes de la era digi­tal»). También incluye conte­nido de un capí­tulo del libro del mismo título, escrito para una próxima anto­lo­gía sobre peri­o­dismo de paz y conflic­tos, editado por la profe­sora Kris­ten Skare Orge­ret, que será publi­cada por Rout­ledge en 2021.

Las ideas y opini­o­nes expre­sa­das en este artí­culo son las del autor; no son nece­sa­ri­a­mente los de la UNESCO y no compro­me­ten a la Orga­ni­za­ción.