Moon Ribas: La libertad de ser cyborgs

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Explo­rar el movi­mi­ento a través del arte y la apro­pi­a­ción de la tecno­lo­gía ha sido el campo de acción para Moon Ribas, quien ha sido nombrada como “la primer mujer cyborg”. Desde su infan­cia ha nave­gado en contra de la conven­ci­o­na­li­dad, su trayec­to­ria como artista ha estado marcada por la expe­ri­men­ta­ción entre la tecno­lo­gía, la expre­sión y la iden­ti­dad.

¿Qué es ser humana? Hace algu­nas déca­das Donna Hara­way nos advir­tió sobre el deve­nir de un ser híbrido, un orga­nismo ciber­né­tico que atenta contra las concep­ci­o­nes mani­que­ís­tas entre natu­ra­leza y arti­fi­cio, entre reali­dad y ficción; en un sentido amplio es lo que Moon Ribas repre­senta. La posi­bi­li­dad de conver­tirse así misma en una mujer ciber­né­tica que cons­truye sus piezas dancís­ti­cas y su iden­ti­dad a partir de un acer­ca­mi­ento profundo a la natu­ra­leza.

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Moon Ribas llevó a otro nivel el papel que el movi­mi­ento juega en sus piezas core­ográ­fi­cas y es que hace algu­nos años deci­dió inser­tarse un gadget en el cuerpo que le permite perci­bir los movi­mi­en­tos sísmi­cos que ocur­ren alre­de­dor del mundo en tiempo real.

Aunque la inser­ción del sensor sísmico plane­ta­rio no ha sido su único proyecto cyborg, sí fue el primero que le permi­tió sentirse más unida mental y corpo­ral­mente a la tierra; para Moon ser cyborg está muy alejado de lo que nos mues­tra la lite­ra­tura y el cine de cien­cia ficción, en el que siem­pre se rela­ci­ona el cyborg con máqui­nas y robots, para ella ser cyborg la ha hecho sentirse más unida a la tierra.

El estar en contacto con otras formas de perci­bir el mundo, la ha llevado a cues­ti­o­nar la jerar­quía entre diver­sas espe­cies, en ese sentido ella se consi­dera trans­es­pe­cie, ya que “tiene un nuevo sentido, un nuevo órgano que no es humano y que no la hace ni mejor ni peor, sino distinta”.

Para Moon, ser cyborg le permi­tió adqui­rir “el sentido sísmico” por lo tanto, su mayor apuesta es que cual­quier persona tenga la liber­tad de diseñarse así misma, y no sólo al adici­o­nar gadgets al cuerpo sino elegir cómo y a partir de qué perci­bi­mos el mundo.

En Lucha­do­ras plati­ca­mos con Moon Ribas durante su parti­ci­pa­ción en el WoW Festi­val Mulhe­res do Mundo, en Rio de Janeiro, en novi­em­bre de 2018.

¿Hubo algún momento en que sentiste que tus senti­dos eran limi­ta­dos?

Sí, yo creo que sí, que todos nues­tros senti­dos son limi­ta­dos, depende de con quién te compa­res. A través de estos senti­dos perci­bi­mos el mundo de afuera y compa­rado quizá con cual­quier animal, nues­tra espe­ci­a­li­dad cambia mucho en estos senti­dos. Pero todo empezó por el arte, yo estaba estu­di­ando core­o­gra­fía y movi­mi­ento y me di cuenta que hay mucho movi­mi­ento que pasa a nues­tro alre­de­dor que no percibo y para mí fue como una búsqueda de este movi­mi­ento imper­cep­ti­ble, hasta que percibí el movi­mi­ento más natu­ral y primi­tivo que encon­tré, que es la tierra sacu­di­én­dose a través de terre­mo­tos.

Has dicho que te sien­tes unida no sólo corpo­ral­mente sino mental­mente a la tierra, ¿eso qué signi­fica?

Yo creo que es muy dife­rente saber que la tierra se mueve, que notarlo todo el tiempo, yo creo que ahora que soy cyborg y todo el mundo rela­ci­ona esta pala­bra con máqui­nas y robots. En reali­dad yo me siento cyborg y me siento más unida a la tierra porque noto que todo el rato se mueve, físi­ca­mente, porque tengo conci­en­cia de ella y también de otros anima­les, porque soy más cons­ci­ente de cómo otras espe­cies perci­ben la tierra. Hay muchos estu­dios que demu­es­tran que los anima­les reac­ci­o­nan antes de que venga un terre­moto, así que su expe­ri­en­cia con el planeta es distinta a la nues­tra y por eso me siento con una rela­ción más profunda.



“Hay anima­les que reac­ci­o­nan de manera anti­ci­pada a un terre­moto, su expe­ri­en­cia con el planeta es distinta a la nues­tra, ahora siento una rela­ción más profunda con ellos”

¿Cómo descri­bi­rías qué se siente la tierra en tu cuerpo?

Una manera de descri­birla es que ahora tengo dos lati­dos, no sola­mente el del cora­zón sino el latido de la tierra, hay un nuevo latido en mi cuerpo, es como eso.



“Ahora tengo dos lati­dos: el de mi cora­zón y el latir de la tierra”

 

Donna Hara­way en El Mani­fi­esto Cyborg escri­bió que la libe­ra­ción se basa en la cons­truc­ción de la conci­en­cia, de la compren­sión imagi­na­tiva de la opre­sión, pero también de lo posi­ble, ¿crees que vivi­mos limi­ta­das o cons­treñi­das por nues­tro ser humano?

Yo creo que sí, de hecho creo que yo apoyo la idea de conver­tirse en cyborg por la liber­tad que tene­mos todos de diseñar­nos noso­tros mismos, no sólo adici­o­nar qué partes de cuerpo quere­mos, qué sea nues­tro cuerpo, sino cómo es nues­tra percep­ción del mundo, esto es muy emoci­o­nante pero normal­mente la gente de poder y la gente que manda no quiere que su pueblo sea libre. Creo que he conver­tirse en cyborg no es algo ni que la gente rica y de poder quiere, sino es algo que nace de la gente que se hace de las cosas el mismo, de la liber­tad y de la nece­si­dad de expe­ri­men­tar la reali­dad de otra manera y de hacér­tela tuya. Creo que es muy emoci­o­nante que cada uno decida cómo expe­ri­men­tar la vida, el planeta y tu vida. Creo que sí, que la gente tiene miedo a los cambios y que la gente se cree lo que le cuen­tan, sobre todo por las pelí­cu­las de cien­cia ficción donde está la unión entre el hombre y la tecno­lo­gía, que es creada para hacer mal, pero somos noso­tros quie­nes usamos la tecno­lo­gía, noso­tros deci­di­mos cómo utili­zarla.

¿En qué magni­tud sigues expe­ri­men­tando que te atra­vi­e­san otras cons­truc­ci­o­nes huma­nas como el género?

Lo que a mí me ha hecho cues­ti­o­nar ser cyborg es más una espe­cie, no tanto como género. Yo me siento mujer y cyborg, y este es mi género, pero me ha hecho cues­ti­o­narme más sobre la espe­cie, la rela­ción con otras espe­cies, por eso yo me siento trans­es­pe­cie porque tengo nuevo sentido y un nuevo órgano que no es humano. Tener más o menos senti­dos no te hace mejor ni peor, sino que te hace distinta, dife­rente, es más el cues­ti­o­na­mi­ento de las espe­cies más que de género.

¿Tie­nes en mente otra idea además del implante actual?

Para mí, algo natu­ral de la huma­ni­dad es conti­nuar explo­rando y quizá ahora que percibo la tierra, me inter­esa perci­bir algo del espa­cio, es impre­si­o­nante. Mi proyecto es perci­bir la acti­vi­dad sísmica de la luna, los luna­mo­tos.

Si quie­res cono­cer más sobre Moon Ribas dale clic: https://bit.ly/2svm0aL