Facebook facilita los mensajes privados de una usuaria a la policía para que pueda ser procesada por abortar en Nebraska

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Una adoles­cente de Nebraska enfrenta cargos por abor­tar y debido a que Face­book faci­litó sus mensa­jes priva­dos a la poli­cía.

Celeste Burges está siendo juzgada como adulta junto con su madre Jessica Burgess en el Tribu­nal de Distrito del Condado de Madi­son por cargos por abor­tar, violando la ley de Nebraska.

Sin embargo, el hecho mas desta­ca­ble es que el caso marca un prece­dente, ya que es de los prime­ros casos en que Face­book utiliza mensa­jes priva­dos para incri­mi­nar a una usua­ria.

Celeste y su madre fueron acusa­das en julio de, presun­ta­mente, había abor­tado en abril a las 23 sema­nas de emba­razo, algo que se salta la legis­la­ción de Nebraska.

 

Si bien Celeste le dijo a la poli­cía que había sufrido un aborto espontá­neo, conti­nu­a­ron inves­ti­gando, entre­gando a Face­book una orden de regis­tro para acce­der a sus cuen­tas.

Allí encon­tra­ron mensa­jes entre la madre y la hija que, supu­es­ta­mente, deta­lla­ban cómo Celeste se había some­tido a un aborto con la ayuda de su madre Jessica.

Después de la publi­ca­ción de esta histo­ria, el porta­voz de Meta, Andy Stone, dijo en un comu­ni­cado en Twit­ter que « nada en las órde­nes váli­das que reci­bi­mos de la poli­cía local a prin­ci­pios de junio, antes de la deci­sión de la Corte Suprema, menci­o­naba el aborto. Las órde­nes se refe­rían a cargos rela­ci­o­na­dos con una inves­ti­ga­ción crimi­nal y docu­men­tos judi­ci­a­les ».

Stone agregó que a Meta se le prohi­bió compar­tir infor­ma­ción sobre la orden de regis­tro por órde­nes de no divul­ga­ción que desde enton­ces se han levan­tado.

« Aún así, Meta ha perma­ne­cido en gran medida en silen­cio sobre cómo mode­rará el conte­nido de aborto en gene­ral. Sin embargo, los usua­rios nota­ron reci­en­te­mente que las publi­ca­ci­o­nes de Insta­gram y Face­book sobre la adqui­si­ción de píldo­ras abor­ti­vas como la mife­pris­tona se elimi­na­ban sistemá­ti­ca­mente », recoge la revista Forbes.