DEFENDER LOS TERRITORIOS (DIGITALES) SIN DEJAR HUELLA

Imatge

Arti­culo de Floren­cia Gols­man. Este repor­taje forma parte del Pikara Lab de Defen­so­ras y está publi­cado en Píkara

No quedan dudas de que los deba­tes polí­ti­cos domi­nan el espa­cio digi­tal. No obstante, el espa­cio público también es un campo de bata­llas. Les estu­di­an­tes con sus móvi­les saltan vallas, regis­tran la repre­sión y cuando no pueden esqui­varla senci­lla­mente son asesi­na­des. Las muje­res, lide­re­sas de sus comu­ni­da­des, defi­en­den los ríos, los terri­to­rios, los cuer­pos de otres, y usan mensa­je­ría instantá­nea para comu­ni­car sus nece­si­da­des. Las fuer­zas poli­ci­a­les y mili­ta­res, con armas cada día mas sofis­ti­ca­das, actúan con luz verde para la requisa de dispo­si­ti­vos elec­tró­ni­cos. Los Gobi­er­nos legis­lan para vigi­lar, censu­rar y casti­gar.

En el plano legis­la­tivo y en el ámbito global, los Ejecu­ti­vos desar­ro­llan leyes que, antes que asegu­rar los dere­chos en espa­cios digi­ta­les escu­da­das en la lucha anti­ter­ro­rista, amplían los marcos de la censura y la perse­cu­ción de defen­so­ras y defen­so­res de dere­chos huma­nos. Por estas razo­nes, en el presente repor­taje consul­ta­mos a un grupo de perso­nas faci­li­ta­do­ras* de segu­ri­dad digi­tal de la región centro­a­me­ri­cana para que, a partir de sus contex­tos, urgen­cias y visi­o­nes, bajo la sombra de un sabio, nece­sa­rio y estricto anoni­mato, nos compar­tan cuáles son las amena­zas de la vigi­lan­cia y del control de quie­nes defi­en­den cuer­pos, terri­to­rios y dere­chos en la región.

Los Ejecu­ti­vos desar­ro­llan leyes que, antes que asegu­rar los dere­chos en espa­cios digi­ta­les escu­da­das en la lucha anti­ter­ro­rista, amplían los marcos de la censura y la perse­cu­ción de defen­so­ras y defen­so­res de dere­chos huma­nos

América Central es un extenso terri­to­rio cuyas fron­te­ras sepa­ran iden­ti­da­des multi­cul­tu­ra­les dife­ren­tes y desa­fíos comu­nes. Si bien cada país atra­vi­esa proce­sos dife­ren­ci­a­dos, en la zona cono­cida como el ‘trián­gulo norte’, formada El Salva­dor, Guate­mala y Hondu­ras, se encu­en­tran conver­gen­cias en las que la preca­ri­za­ción de la vida, la mili­ta­ri­za­ción del terri­to­rio y el ataque o cerce­na­mi­ento de los dere­chos de las muje­res y perso­nas LGBTI+ demar­can el hori­zonte. La situ­a­ción que atra­vi­esa Nica­ra­gua invita a incluir al país en esa descrip­ción.

El dife­ren­cial de las luchas que se libran estos últi­mos años lo aporta la pers­pec­tiva tecno­po­lí­tica, enten­dida por el estu­dio de las inter­sec­ci­o­nes de lo que sucede en las redes digi­ta­les con las mani­fes­ta­ci­o­nes y protes­tas en el espa­cio público. Los usos exten­di­dos de plata­for­mas y herra­mi­en­tas digi­ta­les no solo marcan la presen­cia de una inter­net comer­cial que ha conse­guido inser­tarse en el día a día de las perso­nas, también exige una discu­sión profunda sobre el acceso las tecno­lo­gías, la defensa de la libre expre­sión, el aumento del acceso al cono­ci­mi­ento y, sobre todas las cosas, el dere­cho a la priva­ci­dad como un ingre­di­ente funda­men­tal para que la disi­den­cia polí­tica y el pensa­mi­ento crítico sean posi­bles.

El dife­ren­cial de las luchas que se libran estos últi­mos años lo aporta la pers­pec­tiva tecno­po­lí­tica, enten­dida por el estu­dio de las inter­sec­ci­o­nes de lo que sucede en las redes digi­ta­les con las mani­fes­ta­ci­o­nes y protes­tas en el espa­cio público

Si en 2009 el golpe de Estado en Hondu­ras fue el cimbro­nazo regi­o­nal, hoy la repre­sión en Nica­ra­gua orques­tada por el Gobi­erno pinta de tono sangui­no­lento el paisaje. Son más de 300 las perso­nas asesi­na­das por el terro­rismo de Estado nica­ra­güense y cien­tos de perso­nas están desa­pa­re­ci­dasLa crisis en Nica­ra­gua,  que esta­lló a raíz del descon­tento social que la pobla­ción arras­tra desde hace muchos años con el Gobi­erno de Daniel Ortega y Rosa­rio Muri­llo, sobre­pasó ampli­a­mente las garan­tías de cumpli­mi­ento y respeto de los dere­chos huma­nos: la repre­sión, las agre­si­o­nes físi­cas y el miedo psico­ló­gico se convir­ti­e­ron en vías para inten­tar resta­ble­cer el orden, la razón de Estado y extin­guir la protesta social.

Carla Veró­nica es una defen­sora nica­ra­güense que, apoyada por el colec­tivo Flore­cerás Nica­ra­gua esta recor­ri­endo Centro­a­mé­rica con el rol polí­tico de denun­ciar el geno­ci­dio que se viene ejecu­tando en su país desde el mes de abril. “Nica­ra­gua hizo un esta­llido que nadie se lo esperó, creí­a­mos que iba a seguir la misma diná­mica de la repre­sión a la que esta­mos acos­tum­bra­das pero el 19 de abril ocur­ri­e­ron las prime­ras muer­tes. Incluso hay gente que dice ‘es como que abril nunca termi­na­ra’ porque es revi­vir esta sensa­ción tan dura de hablar de muer­tos. El país se para­lizó”, describe.

A las tradi­ci­o­na­les formas de la repre­sión se suma el ingre­di­ente de la perse­cu­ción en inter­net y la crimi­na­li­za­ción del dere­cho a defen­der dere­chos digi­ta­les, así como aque­llos dere­chos liga­dos a la protec­ción de la priva­ci­dad en los espa­cios en red. “Con varias compañe­ras adver­ti­mos todas las amena­zas nos han llegado por nues­tras publi­ca­ci­o­nes, por cono­cer nues­tra geolo­ca­li­za­ción, qué infor­ma­ción subi­mos, qué tweet compar­ti­mos. Tene­mos compañe­ras que han sufrido la expo­si­ción de sus histo­ri­a­les de redes soci­a­les”, relata Carla. Muchas acti­vis­tas en toda la región han sentido el “cambio de para­digma”, como ella lo llama, “ya no es solo tu protec­ción física sino también tu protec­ción ciber­né­tica”.

 

DEFEN­DER LOS TERRI­TO­RIOS (DIGI­TA­LES)

“En el caso de Hondu­ras se suman los desa­fíos que los movi­mi­en­tos por los dere­chos al terri­to­rio enfren­ta­ban, porque también el tema de lo digi­tal es un terri­to­rio más a defen­der”, señala un faci­li­ta­dor de segu­ri­dad digi­tal. En Nica­ra­gua, las orga­ni­za­ci­o­nes defen­so­ras de dere­chos huma­nos han dado un gran apoyo a las acti­vis­tas. “Les consi­guen celu­la­res y ha sido bonito saber que antes de entre­gar los equi­pos nos piden que los cifre­mos, que cree­mos cuen­tas, pero las defen­so­ras creen que todo es una solu­ción mágica. A mí muchas veces me pregun­tan: ‘¿Y ya con esto no nos van a leer los mensa­jes?’. O por ejem­plo, se acer­can defen­so­ras que tienen en grupos más de mil mensa­jes sin leer y sin borrar.

En reali­dad lo que tienen que enten­der es que no hay solu­ci­o­nes mági­cas. Que las medi­das de segu­ri­dad digi­tal si no las volvés una costum­bre, como cepi­llarte los dien­tes o bañarte, no sirven. Tienen que ver que si les roban el celu­lar, ya leye­ron esos mil mensa­jes que son impor­tan­tes, por que proba­ble­mente tengas ahí fotos, videos o audios de denun­cias y estás vulne­rando la priva­ci­dad de las perso­nas a las que incluso están defen­di­endo”.

 

 

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Barri­lete de la feria de Sumpango en Guate­mala (2018). que dice: “Deshu­ma­ni­za­ción y vas por ahí siendo la conse­cu­en­cia de tu propia crea­ción, la tecno­lo­gía. Ruk ux Ixim”. / Foto: Floren­cia Golds­man.

En el actual pano­rama, las empre­sas situ­a­das en el Valle de Sili­cón, Esta­dos Unidos, han conse­guido expan­dir una cultura en la cual ya no es nece­sa­ria la coac­ción o la violen­cia física para que las perso­nas abran las corti­nas a los deta­lles más nimios y más impor­tan­tes de sus vidas. Como señala otra de las capa­ci­ta­do­ras en segu­ri­dad digi­tal “ya no tienen que vapu­le­arte para sacar infor­ma­ción sino que tú la das y la das. Eso hay que discu­tirlo, es un debate que tiene que haber porque hay nive­les de respon­sa­bi­li­dad, ¡no se trata de echarle la culpa a la gente porque comparta algo en redes! Debe­mos deba­tir cómo nos expo­ne­mos a través de dife­ren­tes tecno­lo­gías, para redu­cir esa entrega de infor­ma­ción de manera automá­tica”.

Para quie­nes viven bajo golpes de Estado (o bajo regí­me­nes de Gobi­er­nos que dan golpes a las perso­nas), la violen­cia se impone como escu­ela de brutal y rápido apren­di­zaje. Nues­tras masco­tas digi­ta­les, esas que carga­mos en los bolsi­llos (cono­ci­das como telé­fo­nos inte­li­gen­tes), son las prime­ras a ser doma­das con el ritmo que marca la violen­cia.

Describe Carla Veró­nica: “Lo apren­di­mos a la brava. Nunca nadie está prepa­rado para esto, porque no es normal tener que prepa­rarte para resis­tir a una dicta­dura. De repente el 19 de abril todo cambió e incluso tu segu­ri­dad digi­tal. Justo ese mismo día caye­ron los medios de comu­ni­ca­ción inde­pen­di­en­tes y enton­ces no tuvi­mos otra mas que infor­mar­nos a través de inter­net.

Debe­mos deba­tir cómo nos expo­ne­mos a través de dife­ren­tes tecno­lo­gías, para redu­cir esa entrega de infor­ma­ción de manera automá­tica

Y el medio más usado es Face­book o What­sApp, enton­ces no nos quedaba otra opción. Pero a la brava fuimos apren­di­endo, porque con cada vez más fuerza nos dimos cuenta que nos esta­ban vigi­lando, que real­mente los que usába­mos no eran medios segu­ros, que era muy fácil que entra­ran en nues­tras cuen­tas, que hay un sistema de inte­li­gen­cia detrás y que tene­mos que cuidar­nos porque es nues­tra vida y es la vida de nues­tra fami­lia la que corre peli­gros. El acoso y las amena­zas comen­za­ron por redes soci­a­les, porque la vigi­lan­cia es a través de tus cuen­tas en Face­book, Insta­gram y Twit­ter”.

Así como la demanda de cono­cer más y desar­ro­llar un espí­ritu crítico hacia las tecno­lo­gías crece como ramas exten­di­das, también se veri­fica un paula­tino y firme fenó­meno de crea­ción de espa­cios hacker auto-gesti­o­na­dos que están surgi­endo en la región. Una forma­dora de Hondu­ras relata: “Las compañe­ras llegan al espa­cio con su propia agenda, pero luego se dan cuenta de que también hace­mos un debate en el que nos pregun­ta­mos cuáles serían los prove­e­do­res que son alia­dos para la protec­ción de dere­chos huma­nos. Ahí entra­mos en discu­si­o­nes y pregun­ta­mos, ¿es Face­book un aliado de las acti­vis­tas femi­nis­tas y de las orga­ni­za­ci­o­nes?

También nos permi­ti­mos hablar de la tecno­lo­gía como una herra­mi­enta más de las comu­ni­ca­ci­o­nes. O cono­ce­mos alter­na­ti­vas al Yahoo o al Gmail, y ahí está esa labor del boca en boca. Que una se da cuenta de las dife­ren­cias y su rele­van­cia para la segu­ri­dad y le cuenta a las demás, y luego entran 50 juntas a Signal. Esto también lo hace­mos en el caso de dere­chos sexu­a­les y repro­duc­ti­vos, cuando es nece­sa­rio saber qué herra­mi­enta podés usar como una una Pasti­lla Anti­con­cep­tiva de Emer­gen­cia (PAE), que tanto como nues­tras plata­for­mas, también pueden ser pena­li­za­das. Empe­zar a ampliar el abanico de las herra­mi­en­tas que consi­de­ra­mos de protec­ción”.

Entra­mos en discu­si­o­nes y pregun­ta­mos, ¿es Face­book un aliado de las acti­vis­tas femi­nis­tas y de las orga­ni­za­ci­o­nes?

RETOS DE LOS CUIDA­DOS DIGI­TA­LES

No hay rece­tas para comen­zar a apren­der y apli­car medi­das segu­ri­dad digi­tal. La forma de abor­dar este tema debe ser holís­tico: desde una mirada que consi­dera también a la segu­ri­dad en una tríada física, psico-emoci­o­nal y de la gestión de los datos y comu­ni­ca­ci­o­nes.

A primera vista, la reac­ción es fobia: parece compli­cado, espi­noso y ajeno. La buena noti­cia es que cuando la idea de comu­ni­ca­ci­o­nes más segu­ras nos para­liza el mejor camino es hacerse pregun­tas. Mirar entre nues­tras manos esa mascota digi­tal multi­co­lor, ruidosa y vibrante (siem­pre ansi­osa de datos) y pregun­tar­nos: ¿Es esta la herra­mi­enta que más me ayuda en mis comu­ni­ca­ci­o­nes?, ¿desde que tengo un celu­lar trabajo más o trabajo menos?, ¿estar más tiempo conec­tada me trae más estrés o mayor relax?, ¿cuánta infor­ma­ción perso­nal guardo en este dispo­si­tivo? Y, ¿cuánta infor­ma­ción privada tienen las empre­sas tele­fó­ni­cas cada vez que usamos el servi­cio?

Debe­mos deba­tir cómo nos expo­ne­mos a través de dife­ren­tes tecno­lo­gías, para redu­cir esa entrega de infor­ma­ción de manera automá­tica

Un ejer­ci­cio de auto­crí­tica femi­nista reci­clado en el plano tecno­ló­gico trata de desna­tu­ra­li­zar las herra­mi­en­tas digi­ta­les que usamos de forma intensa. Mirar­las de manera extrañada y crítica. “Nos falta una educa­ción de ciber­se­gu­ri­dad, de la respon­sa­bi­li­dad y de lo que implica expo­nerte, hacerlo a conci­en­cia, saber que si colgás algo en la web ahí se quedó. Se quedó en algún servi­dor en alguna parte del mundo, aunque lo elimi­naste ahí quedó. El tema de inter­net es tan nuevo en nues­tras regi­o­nes y espe­ci­al­mente en las regi­o­nes como las que yo vengo… Porque hablá­ba­mos de segu­ri­dad y de usar otras plata­for­mas, pero econó­mi­ca­mente eso no resulta, porque a la gente en el campo le dan Face­book y What­sapp gratis”, describe la defen­sora Carla.

Muchas faci­li­ta­do­ras y capa­ci­ta­do­res llegan a las comu­ni­da­des en situ­a­ci­o­nes de alto riesgo, debido a que muchas lide­re­sas soli­ci­tan ayuda y tienen miedo de dejar sus casas por temor a que se las quemen o dañen a sus fami­li­a­res.“Nos pasó con otra capa­ci­ta­dora, de ir cuando esta­ban los tanques y usar chale­cos anti­ba­las porque nos fuimos a meter a las univer­si­da­des”, recu­erda una forma­dora centro­a­me­ri­cana.

En muchos casos las defen­so­ras de los terri­to­rios se han encar­gado de defen­der a los estu­di­an­tes, a las aboga­das, a los médi­cos, usando las herra­mi­en­tas comer­ci­a­les y “gratui­tas”. “Ellas enten­di­e­ron que ese riesgo se podía amino­rar usando Signal o usando una VPN. Dejando de llamar por línea abierto, sí lo han enten­dido (algu­nas)”, suma otra capa­ci­ta­dora.

 

ESCA­SEZ DE CAPA­CI­TA­DO­RES PARA SACIAR DEMANDA

En contex­tos de repre­sión en aumento, las orga­ni­za­ci­o­nes que traba­jan en virtud de comu­ni­ca­ci­o­nes digi­ta­les más segu­ras se cuen­tan con los dedos. “Somos muy pocas perso­nas tratando de hacer un montón y la demanda se vuelve mucho más grave en estos contex­tos repre­si­vos. ¿En Hondu­ras y Nica­ra­gua cuán­tas perso­nas que hacen acom­paña­mi­ento de segu­ri­dad digi­tal exis­ten?, ¿cuán­tas perso­nas están asumi­endo que esto es un dere­cho? Son conta­das. En la crisis de Nica­ra­gua ya no pueden con todo, la movi­li­dad es peli­grosa, no hay perso­nas en las loca­li­da­des fuera de las ciuda­des y eso también es un reto grande”, destaca una faci­li­ta­dora costar­ri­cense.

Lo digi­tal es un terri­to­rio más a defen­der

El gran gran desa­fío es cons­truir comu­ni­da­des de acom­paña­mi­ento a defen­so­ras y defen­so­res fuera de las ciuda­des capi­ta­les. “Informá­ti­cas e informá­ti­cos hay por todos lados, lo que no hay es perso­nas con el perfil de acom­paña­mi­ento”, adhi­e­ren. Las y los faci­li­ta­do­res de segu­ri­dad digi­tal ya están corri­endo ries­gos por dar un taller y enseñar el simple hecho de usar un nave­ga­dor para utili­zar la red de manera segura, una red VPN. “En algu­nas noti­cias se ha presen­tando como un delito aunque no haya una ley que lo haya tipi­fi­cado, es lo que esta­mos enfren­tando”, explica una de las entre­vis­ta­das por Pikara Maga­zine.

Para las capa­ci­ta­do­ras que traba­jan la segu­ri­dad digi­tal desde una pers­pec­tiva femi­nista hay una opor­tu­ni­dad de inte­grar cono­ci­mi­en­tos que tienen que ver con el cuerpo al abor­dar los deba­tes sobre herra­mi­en­tas digi­ta­les. “Habla­mos del cuerpo como tecno­lo­gía, pero hay partes que ni siqui­era están explo­ra­das. Ha sido inter­e­sante a través de la viven­cias, de las expe­ri­en­cias, de tener casos. Por ejem­plo, cuando habla­mos con las compas sobre porno­gra­fía no consen­tida y las herra­mi­en­tas que usan luego hace­mos la tropi­ca­li­za­ción del asunto. Por tropi­ca­li­za­ción enten­de­mos casos que pode­mos volver más cerca­nos a las muje­res. Por ejem­plo: si alguien publica fotos tuyas o de tu inti­mi­dad, no solo sucede en lo digi­tal.

Nota­mos que también que hay casos de que en el pueblo pegan imáge­nes ínti­mas en todos los postes, fotos de las compañe­ras desnu­das. Tras­ci­ende lo digi­tal y se proble­ma­tiza con pers­pec­tiva de género, incluso con compañe­ras indí­ge­nas y campe­si­nas que sus hijos les ayudan con el telé­fono. Esa forma de decir no soy una experta técnica y puedo hablar del tema y verlo de manera inte­gral, no mera­mente digi­tal”.

Les entre­vis­ta­des, con voces de todos los países de la región, acuer­dan que enfo­carse en estos temas hace años dejó de ser una cues­tión mera­mente admi­nis­tra­tiva. Cada día más, las orga­ni­za­ci­o­nes se dan el espa­cio para la discu­sión polí­tica infor­mada rela­tiva a la gestión segura de la infor­ma­ción.

En Centro­a­mé­rica así como en todo el conti­nente, la clase polí­tica abre el paso para que inici­a­tiva mili­tar-privada tenga el control de los recur­sos. Cuer­pos, terri­to­rios e inter­net entran en el paquete del despojo. Para los Esta­dos tota­li­ta­rios que gobi­er­nan esta parte de América hoy no existe contra­dic­ción en extra­po­lar la crimi­na­li­za­ción de los espa­cio físi­cos a los digi­ta­les.

Este repor­taje forma parte del Pikara Lab de Defen­so­ras y está publi­cado en Píkara

*Los nombres de faci­li­ta­do­ras y faci­li­ta­do­res de segu­ri­dad digi­tal que parti­ci­pa­ron de este repor­taje se manti­e­nen en el anoni­mato a su propio pedido. Las entre­vis­tas fueron coor­di­na­das de manera gene­rosa por Funda­ción Acceso.

Ilus­tra­ción de portada: Emma Gascó