Cinco mujeres que están usando la tecnología para mejorar nuestra salud y nuestra vida

Imatge
Àmbits Temàtics

Ellas son las fina­lis­tas de los Premios MAS 2021 en la cate­go­ría de Tecno­lo­gía

Después de repa­sar los perfi­les de las candi­da­tas de los Premios Muje­res a Seguir en los apar­ta­dos de Cien­cia, Comu­ni­ca­ción, Cultura, Deporte y Econo­mía, hoy le toca el turno a la Tecno­lo­gía. Judit Giró, Laura Lacarra, Marta López Pardal, Rosa Monge y María Rodrí­guez son las selec­ci­o­na­das en este apar­tado. Con su trabajo están contri­buyendo a mejo­rar la detec­ción y la inves­ti­ga­ción del cáncer, la expe­ri­men­ta­ción cien­tí­fica o la segu­ri­dad de las redes.

 

Judit Giró

The Blue Box

El año pasado ganó el pres­ti­gi­oso James Dyson Award por inven­tar The Blue Box, un dispo­si­tivo biomé­dico, basado en IA, que podría permi­tir a las muje­res detec­tar en casa el cáncer de mama con solo una mues­tra de orina. Cuando estu­di­aba Inge­ni­e­ría Biomé­dica en la Univer­si­dad de Barce­lona, Judit supo de la exis­ten­cia de un perro capaz de detec­tar el cáncer de pulmón en el aliento de los paci­en­tes. Así surgió la idea que se ha conver­tido en el obje­tivo de su carrera: repli­car a través de la tecno­lo­gía ese meca­nismo bioló­gico. El trabajo final del master que hizo en la Univer­si­dad de Cali­for­nia Irvine fue el origen de The Blue Box. El dispo­si­tivo analiza la compo­si­ción bioquí­mica de la orina y después la inte­li­gen­cia arti­fi­cial se encarga de clasi­fi­car esa orina, detec­tando las mues­tras de las paci­en­tes con cáncer. Según sus datos, clasi­fica de forma correcta el 95% de las mues­tras con las que han hecho las prue­bas. Ahora esta tecno­lo­gía se ha conver­tido en una ‘star­tup’ con sede en Barce­lona y Cali­for­nia. En 2021 empe­zarán los ensayos clíni­cos y abrirán las prime­ras rondas de ‘crow­fun­ding’ para impul­sar el proyecto, que tienen previsto lanzar al mercado en 2024.

 

Laura Lacarra

Tele­fó­nica

Como proyecto de fin de carrera (estu­dió Inge­ni­e­ría Informá­tica en la Univer­si­dad de Zara­goza) diseñó un sistema de tele­a­sis­ten­cia pensado para ayudar a las perso­nas mayo­res que vivían solas (uno de los prime­ros soft­wares de tele­a­sis­ten­cia basa­dos en voz IP), que llegó a comer­ci­a­li­zarse en distin­tos centros, incluido el 112 de pamplona. Entró en tele­fó­nica como analista de proce­sos, cola­bo­rando en Telco, el proyecto que englo­baba la moder­ni­za­ción de los siste­mas y los servi­cios de tele­vi­sión de la plata­forma Movis­tar+. Actu­al­mente trabaja en proyec­tos big data de análi­sis de redes. Además, cola­bora con inici­a­ti­vas que ayudan a visi­bi­li­zar a las muje­res en el ámbito de la tecno­lo­gía como la comu­ni­dad Mulle­res Tech en Zara­goza, de la que es cofun­da­dora, y even­tos como Women Tech­ma­kers. también es mentora en el programa de ‘men­to­ring’ de Tech Shes­si­ons, cuyo obje­tivo es redu­cir la brecha de género en las confe­ren­cias tecno­ló­gi­cas.

 

Marta López Pardal

Inno­tec Secu­rity

Esta ‘hac­ker’ es de las buenas… en todos los senti­dos. Trabaja en el ‘blue team’ (equipo defen­sivo) de la empresa de ciber­se­gu­ri­dad Inno­tec Secu­rity, donde lucha cada día contra los ciber­cri­mi­na­les, es mentora de la Ciber­Liga Naci­o­nal de la Guar­dia Civil y profe­sora del Máster de Ciber­se­gu­ri­dad Red Team y Blue Team de la Univer­si­dad Autó­noma de Madrid. Aunque estu­dió Filo­lo­gía Hispá­nica y luego trabajó en Recur­sos Huma­nos, se ha formado también en Admi­nis­tra­ción de Siste­mas Informá­ti­cos y como ‘hac­ker’ ética. Antes de unirse a Inno­tec trabajó en Eleven Paths, la unidad de ciber­se­gu­ri­dad de Tele­fó­nica Tech.  

 

Rosa Monge

Beon­chip (Univer­si­dad de Zara­goza)

Es una inge­ni­era indus­trial, empren­de­dora en el ámbito de la bioin­ge­ni­e­ría y funda­dora de la empresa Beon­chip. Estu­dió Inge­ni­e­ría Indus­trial en la Univer­si­dad de Zara­goza, con máster en Mecá­nica Apli­cada. Su tesis docto­ral se basó en el desar­ro­llo de micro­tec­no­lo­gías para el diseño y fabri­ca­ción de dispo­si­ti­vos para el cultivo celu­lar. Monge desar­ro­lló unos chips plás­ti­cos que recrean un ambi­ente biomi­mé­tico, es decir, el más pare­cido posi­ble al que tienen las célu­las en el cuerpo humano, pero en el labo­ra­to­rio. Permi­ten repro­du­cir el entorno en el que viven las célu­las dentro del cuerpo y pueden utili­zarse para expe­ri­men­ta­ción y ensayos de fárma­cos sin nece­si­dad de usar anima­les. En 2016 fundó Beon­chip, un ‘spin off’ de la Univer­si­dad de Zara­goza, para su comer­ci­a­li­za­ción. Ha sido reco­no­cida como uno de los diez talen­tos meno­res de 35 años de España por la ‘MIT Tech­no­logy Revi­ew’ y ahora está parti­ci­pando en varios proyec­tos euro­peos. Uno de ellos pretende desar­ro­llar una plata­forma en la que repro­du­cir el ambi­ente de las célu­las óseas para ensayar fárma­cos contra la oste­o­po­ro­sis. Otro es el desar­ro­llo de un cora­zón en un chip. También está invo­lu­crada en acti­vi­da­des que fomen­ten la forma­ción de niñas en carre­ras STEM, en empren­di­mi­ento y causas soci­a­les

 

María Rodrí­guez

IBM

Física de forma­ción, durante su post­doc­to­rado se enamoró del campo de la biolo­gía compu­ta­ci­o­nal. Para formarse en esta área, trabajó en el Insti­tuto Weiz­mann de Cien­cias, en Israel, y en Univer­si­dad de Colum­bia, en Nueva York. en 2013 se fue a suiza para unirse a IBM Rese­arch y poner en marcha un grupo dedi­cado a la apli­ca­ción de la inte­li­gen­cia arti­fi­cial a la salud. En su trabajo inte­gra dife­ren­tes tipos de datos mole­cu­la­res (muta­ci­o­nes del ADN, expre­sión de prote­í­nas, etcé­tera) para inves­ti­gar los meca­nis­mos emple­a­dos por las célu­las cance­rí­ge­nas. Reci­en­te­mente ha desar­ro­llado un proyecto en cola­bo­ra­ción con la Univer­si­dad de Zúrich que busca enten­der la hete­ro­ge­nei­dad celu­lar en el cáncer de mama. Su equipo ha desar­ro­llado mode­los de inte­li­gen­cia arti­fi­cial para anali­zar datos de más de 26 millo­nes de célu­las indi­vi­du­a­les extra­í­das de paci­en­tes con cáncer de mama. Los resul­ta­dos de este estu­dio han iden­ti­fi­cado nuevas estra­te­gias para el trata­mi­ento perso­na­li­zado de los paci­en­tes. Ahora su grupo está volcado en la inves­ti­ga­ción de la inmu­no­te­ra­pia, un tipo de trata­mi­ento que esti­mula el sistema inmu­ni­ta­rio para comba­tir el cáncer.

 

 

Foto: De izqui­erda a dere­cha, Judit Giró, Laura Lacarra, Marta López Pardal, Rosa Monge y María Rodrí­guez.