DonesTech: Compartir prácticas en una comunidad global de líneas de atención feministas que abordan la violencia de género en línea

Las líneas de aten­ción femi­nis­tas se reuni­e­ron en Rights­Con Costa Rica para compar­tir sus proyec­tos. ¡Escu­cha la sesión!

Digi­tal Defen­ders Part­ners­hip faci­litó en Rights­Con la sesión “Compar­tir prác­ti­cas en una comu­ni­dad global de líneas de aten­ción femi­nis­tas que abor­dan la violen­cia de género en línea” para cono­cer algu­nas de las mejo­res prác­ti­cas desar­ro­lla­das por inici­a­ti­vas de la soci­e­dad civil que traba­jan en luga­res como Cata­luña, Ghana, Indo­ne­sia y México. Parti­ci­pa­ron de la sesión:

  • Leila Yahaya – Direc­tora Ejecu­tiva, One Love Sisters.
  • Mariel Domín­guez Lara – Corres­pon­sa­ble de la línea de apoyo, Lucha­do­ras.
  • Wida, Jefa de la Divi­sión de Igual­dad e Inclu­sión, Awas KBGO – SAFE­net.
  • Eva Cruells López – Coor­di­na­dora, FemBloc y parte de Dones­Tech.

Escu­cha la sesión 🎙️


 

La violen­cia de género en línea existe en un conti­nuo: aunque puede ser ampli­fi­cada o faci­li­tada por las TIC, es siem­pre una exten­sión de la violen­cia de género (VG). No obstante, su iden­ti­fi­ca­ción y trata­mi­ento requi­e­ren habi­li­da­des, cono­ci­mi­en­tos y recur­sos espe­cí­fi­cos, a menudo crea­dos por proyec­tos con esca­sos recur­sos.

El actual ecosis­tema digi­tal expone a muchas comu­ni­da­des al riesgo de la violen­cia de género y la inci­ta­ción al odio. En 2021, DDP inició una inves­ti­ga­ción para compren­der mejor cómo las inici­a­ti­vas exis­ten­tes para hacer frente a las amena­zas digi­ta­les apoyan a las perso­nas y colec­ti­vas que son desti­na­ta­rias de esta violen­cia.

Por un lado, vimos que la mayo­ría de las líneas de aten­ción para perso­nas que se enfren­tan a ataques y emer­gen­cias digi­ta­les están domi­na­das por insti­tu­ci­o­nes de ciber­se­gu­ri­dad y que estas insti­tu­ci­o­nes están orien­ta­das prin­ci­pal­mente a gran­des y medi­a­nas empre­sas o a la protec­ción de meno­res. Por regla gene­ral, su visión de la tecno­lo­gía suele ser apolí­tica y neutral, y no suelen tener una pers­pec­tiva de género e inter­sec­ci­o­nal a la hora de abor­dar y anali­zar los ries­gos digi­ta­les a los que se enfren­tan los distin­tos públi­cos a los que sirven.

Por otro lado, las líneas de aten­ción crea­das por y para la soci­e­dad civil y espe­ci­a­li­za­das en el apoyo a defen­so­res y acti­vis­tas de dere­chos huma­nos no siem­pre cuen­tan con sufi­ci­en­tes recur­sos o expe­ri­en­cia en el apoyo a perso­nas que se enfren­tan a la violen­cia de género y al discurso de odio en los espa­cios digi­ta­les desde una pers­pec­tiva femi­nista e inter­sec­ci­o­nal.

Estas lagu­nas dan lugar a un pano­rama inter­na­ci­o­nal que tiende a igno­rar o a no saber cómo abor­dar adecu­a­da­mente los ries­gos a los que se enfren­tan las muje­res, las perso­nas LGBTQIA+ y las pobla­ci­o­nes tradi­ci­o­nal­mente discri­mi­na­das y margi­na­das.

Para supe­rar estas lagu­nas, y ante la viven­cia coti­di­ana de la violen­cia sistemá­tica y estruc­tu­ral, los colec­ti­vos de la soci­e­dad civil y las comu­ni­da­des se están orga­ni­zando para crear redes de infor­ma­ción, apoyo y soli­da­ri­dad que rompan el senti­mi­ento de aisla­mi­ento, culpa o vergüenza que expe­ri­men­tan las perso­nas que se enfren­tan a la violen­cia de género, y puedan sanar y recu­pe­rarse del trauma y, más rara­mente, acce­der a proce­sos restau­ra­ti­vos.

En parti­cu­lar, nos gusta­ría menci­o­nar a los colec­ti­vos y redes femi­nis­tas que crean líneas de atención loca­les o regi­o­na­les. Aunque la violen­cia en los espa­cios digi­ta­les es un problema global, las formas de afron­tarla, miti­garla y supe­rarla son siem­pre contex­tu­a­les y depen­den de las parti­cu­la­ri­da­des soci­a­les, polí­ti­cas, jurí­di­cas, cultu­ra­les y técni­cas del entorno. Cons­truir espa­cios más segu­ros, respe­tu­o­sos y fiables es una tarea que requi­ere mucha dedi­ca­ción; es, sin duda, una labor de amor y soli­da­ri­dad.

Estas inici­a­ti­vas a menudo no son visi­bles, son preca­rias y no suelen contar con los recur­sos nece­sa­rios para llevar a cabo su labor de forma óptima. Sin embargo, están en primera línea en la lucha contra la violen­cia de género en los espa­cios digi­ta­les, y hoy en día no cuen­tan con el apoyo que nece­si­tan, dada la enver­ga­dura de su trabajo.

Si quie­res saber más sobre la Comu­ni­dad de Líneas de Aten­ción Femi­nis­tas visita https://www.digi­tal­de­fen­ders.org/line­as­de­a­ten­cion