Guacamaya: les hackers feministas contra la militarización en América Latina

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En un comu­ni­cado de prensa para dar a cono­cer su exis­ten­cia y reivin­di­car los hackeos a las fuer­zas arma­das de Colom­bia, Chile, Perú, El Salva­dor y México, los inte­gran­tes de este colec­tivo apelan al femi­nismo, el anar­quismo y la histo­ria preco­lom­bina para llamar a desman­te­lar los Ejér­ci­tos y cuer­pos poli­ci­a­cos de la región.

El grupo de hackers auto­de­no­mi­nado “Guaca­maya” que extrajo seis tera­bi­tes de infor­ma­ción confi­den­cial de los servi­do­res de la Secre­ta­ría de la Defensa Naci­o­nal (Sedena) apela al femi­nismo, el anar­quismo y la histo­ria preco­lom­bina para luchar contra la mili­ta­ri­za­ción, la repre­sión y las élites patri­ar­ca­les que impo­nen el servi­cio mili­tar a los jóve­nes de la región.

En un comu­ni­cado de prensa para dar a cono­cer su exis­ten­cia y reivin­di­car los hackeos a las fuer­zas arma­das de México, Colom­bia, Chile, Perú y El Salva­dor, los inte­gran­tes de este colec­tivo se refi­e­ren a los países de América como “esta­dos-nación” que ahora cubren el terri­to­rio de la anti­gua “Abya Yala”, nombre origi­na­rio que los pueblos indí­ge­nas de Panamá y Colom­bia daban a su propio asen­ta­mi­ento.

Desde 1977, se consi­dera que “Abya Yala” es el término más anti­guo que se le ha dado a un terri­to­rio ameri­cano, su signi­fi­cado es “tierra en plena madu­rez” o “tierra de sangre vital” y forma parte del lenguaje polí­tico que reivin­di­can los movi­mi­en­tos indí­ge­nas de Centro y Suda­mé­rica, según el libro “El indi­a­nismo kata­rista. Un análi­sis crítico” de los auto­res Pedro Portu­gal y Carlos Macu­saya.

En su mensaje, “Guaca­maya” advi­erte que los ejér­ci­tos y los cuer­pos poli­ci­a­cos en América Latina no sirven para cuidar a la pobla­ción de una guerra o inva­sión, sino a los gobi­er­nos de élites “crio­llas” que despo­ja­ron de sus terri­to­rios a los habi­tan­tes nati­vos de la región, a las que sirven para defen­der sus inter­e­ses econó­mi­cos, para apaci­guar cual­quier expre­sión de descon­tento y repri­mir y mini­mi­zar “el digno dere­cho a la protesta”.

En este marco, los hackers  advi­er­ten que las guer­ras entre “esta­dos-nación”, término que usan para refe­rirse a los países, no son más que un pretexto para impo­ner el alis­ta­mi­ento y el servi­cio mili­tar obli­ga­to­rio a los jóve­nes de la región, pese a que las fuer­zas arma­das son un lugar que sirve para tortu­rar y vejar a los adoles­cen­tes para así conver­tir­los en adul­tos “defen­so­res de la patria”.

“El ejér­cito es una fábrica de asesi­nos, viola­do­res y perso­nas para­noi­des. Ninguna persona que haya pasado por sus filas, vuelve a ser una persona sana a nivel mental. Es sabido del uso de drogas (speed, LSD, anabo­li­zan­tes, etc.) en bebi­das y comida para los jóve­nes solda­dos”, afirma el colec­tivo de hackers.

En este marco, advi­er­ten que los ejér­ci­tos y los cuer­pos poli­ci­a­cos ejer­cen su poder a la sombra de la corrup­ción, lo que sumado a su prepa­ra­ción violenta, convi­erte a mili­ta­res y poli­cías “en seres insen­si­bles, apáti­cos, perso­nas violen­tas y peli­gro­sas” que atacan a los pobres en calles y selvas.

 

Además, conde­nan las inter­ven­ci­o­nes del gobi­erno de Esta­dos Unidos en la región medi­ante la promo­ción de golpes de Estado y el entre­na­mi­ento que han brin­dado a los ejér­ci­tos de América Latina, a pesar de  que no respe­tan los dere­chos huma­nos y de que han estado al servi­cio de dicta­do­res.

Por lo ante­rior, seña­lan los hackac­ti­vis­tas, hacen un llamado urgente a desman­te­lar a los ejér­ci­tos de toda la región y a seguir infil­trando los servi­do­res mili­ta­res para difun­dir los secre­tos de las fuer­zas arma­das: 

Todo esto es una verdad latente y visi­ble pero no hablada, salvo algu­nas regi­o­nes donde el pueblo está exigi­endo un desmonte de fuer­zas mili­ta­res. Siglos de violen­cia y dicta­dura, siglos de que el futuro y la vida estén en las manos de geno­ci­das psicó­pa­tas. Es por esto que Guaca­maya nos filtra­mos en sus siste­mas y hace­mos pública la propia docu­men­ta­ción de estos entes del terror

Concluyen: 

Filtra­mos siste­mas  mili­ta­res y poli­ci­a­les de México, Perú, Salva­dor, Chile, Colom­bia y entre­ga­mos esto a quie­nes legí­ti­ma­mente hagan lo que puedan con estas infor­ma­ci­o­nes. Guaca­maya invita a los pueblos de Abya Yala a que hackeen y filtren estos siste­mas de repre­sión, domino y escla­vi­za­ción que nos domina, y que sean los pueblos los que deci­dan buscar la manera de libe­rar­nos del terro­rismo de los esta­dos.

En su comu­ni­cado, el colec­tivo recurre también a la poesía y a la música para difun­dir sus idea­les.

Este es un frag­mento de su poema “Resis­ten­cia”:

 

Hemos visto y sentido el horror de la guerra.

Vini­e­ron desde lejos procla­mando bande­ras,

las naci­o­nes se apode­ra­ron de nues­tros pueblos,

nos corta­ron las tren­zas,

nos visti­e­ron a su modo,

nos pusi­e­ron mili­ta­res, poli­cias,

jueces y fisca­les para atar­nos los pies,

y más aún el pensa­mi­ento.

Vini­e­ron desde lejos con metra­lla,

desde lejos con sus cami­o­nes y su cien­cia.

Llega­ron a extraer con sus máqui­nas escla­vas:

primero huma­nas, ahora automá­ti­cas.

Pudi­e­ron llevarse todo, menos nues­tra conci­en­cia.

 

Su nombre también apela a la biodi­ver­si­dad del conti­nente, citada en ese mismo poema:

 

¡Aquí, en nues­tro hogar,

se congre­gan los mundos:

el águila del norte,

la guaca­maya del centro

y cóndor del sur!

 

 

Foto: Captura de Panta­lla Video Guaca­mayas