Acoso.online - ¿Cómo documentar de forma empática y segura los casos de violencia de género en Internet? Una guía práctica basada en la difusión de material íntimo sin consentimiento

Esta guía prác­tica nace para faci­li­tar recur­sos a las orga­ni­za­ci­o­nes de la soci­e­dad civil, acti­vis­tas, e incluso agen­cias guber­na­men­ta­les que estén aten­di­endo casos de violen­cia de género en línea, y que nece­si­ten de una orien­ta­ción concreta sobre cómo docu­men­tar, de forma segura, el acom­paña­mi­ento que se hace a las sobre­vi­vi­en­tes en su proceso de denun­cia. Para elabo­rarlo, en Acoso.Online hici­mos una inves­ti­ga­ción que tuvo dos partes.

En primer lugar, compiló prin­ci­pios, prác­ti­cas y preo­cu­pa­ci­o­nes en la mate­ria que naci­e­ron luego de hacer entre­vis­tas en profun­di­dad a acom­pañan­tes espe­ci­a­lis­tas en casos de violen­cia de género en línea que traba­jan en países como Brasil, Guate­mala, México, Chile, Ecua­dor, Para­guay, Perú, como también a acom­pañan­tes que actúan a nivel regi­o­nal en América Latina.

En un segundo momento, ese primer borra­dor pasó a un perí­odo de prueba con dos agru­pa­ci­o­nes acti­vis­tas que hacen estos acom­paña­mi­en­tos, quie­nes pusi­e­ron en prác­tica esta guía y nos ayuda­ron a ajus­tarla a las distin­tas reali­da­des y prác­ti­cas coti­di­a­nas. Luego de ese proceso meto­do­ló­gico, elabo­ra­mos la versión final de esta guía que, si bien es escrita desde la agru­pa­ción Acoso.Online, es un trabajo colec­tivo que se alimenta de la gene­ro­si­dad de las perso­nas y colec­ti­vas que compar­ti­e­ron su cono­ci­mi­ento.

Además, esta guía funci­ona como un testi­mo­nio de las prác­ti­cas y sabe­res de incan­sa­bles acti­vis­tas femi­nis­tas de la región que dedi­can parte impor­tante de su trabajo a comba­tir la violen­cia de género en todos los ámbi­tos. En este sentido, este docu­mento es una guía para todas las perso­nas que busquen orien­ta­ción para docu­men­tar de forma segura casos de violen­cia de género online, y que solo es posi­ble gracias a la prác­tica femi­nista y a la gene­ro­si­dad de las acti­vis­tas al compar­tir su propio cono­ci­mi­ento y ponerlo al servi­cio de más perso­nas.