Politizar las tecnologías desde los feminismos

Imatge

Post original publicado en pikara

Autoras: Spideralex, Núria

Cuando una se pone a mirar de cerca el panorama actual de desarrollo de proyectos de soberanía tecnológica, tecnologías apropiadas, técnicas liberadoras y empoderadoras, encontramos a muchas compañeras feministas en el centro de estos proyectos.

Aunque las tecnologías se nos presenten como neutrales no lo son. No se diseñan en el vacío, ni se usan desde ningún lugar. El desarrollo tecnológico está marcado por unos contextos y condicionantes ideológicos que tienen que ver con el género, con nuestra orientación sexual, clase, raza, edad, cultura. Actualmente, la tendencia neoliberal global y, muy especialmente, en los contextos donde se desarrollan más intensamente ciertas tecnologías imperantes, es configurar sistemas operativos, redes, servicios e infraestructura capitalista y patriarcal que tienen importantes consecuencias en cuanto a distribución de recursos y poder. El colonialismo digital y los nuevos algoritmos opacos se asientan y nos adentran en burbujas claramente generizadas resultando un campo de cultivo ideal para las ideologías de género machistas, las de siempre y las renovadas. Así se favorece la relación privilegiada de las tecnologías de algunos países, comunidades y personas, mientras se excluye a otras.

Las posibilidades de acceso, uso y participación efectiva en el diseño de las tecnologías adolecen de importantes desigualdades de género. Los hombres blancos, occidentales, de clase alta, capacitados, heterosexuales y sus empresas, gobiernos y redes acaban dominando las tecnologías, mientras las mujeres, personas LGTBIQ* y tantas otras colectividades pueden acabar oprimidas por ello. Así hoy, la tecnología ya está politizada, y por eso necesita de una repolitización que hackee, desprograme y erosione definitivamente la fuerte alianza capitalista patriarcal.

El género y las tecnologías se construyen mutuamente de forma fluida y dinámica, sin que haya una política feminista detrás, por lo que esta co-construcción puede resultar no liberadora. Debemos construir tecnologías que persigan y sirvan a las diversas causas y agendas feministas desde las necesidades e intereses situados y con impactos transformadores de género. Las tecnologías deben ser diseñadas, administradas y habitadas por y con las feministas y en alianza con todas las demás colectividades desprivilegiadas y en pro de la liberación, mirando desde las unas y las otras. Ello pasa, entre otros aspectos, porque los ámbitos tecnológicos resulten amigables y seguros, también libres de violencias machistas y de todo tipo. Sobre todo, debemos avanzar hacia unas tecnologías que favorezcan y sean la expresión de la diversidad, el cuidado, la autonomía, el empoderamiento y la accesibilidad para muchas más.

Para ello es necesario establecer alianzas con otras colectividades disidentes y en pro de la liberación, por ejemplo con las defensoras de la tierra, las radios comunitarias, los proyectos de autodefensa feminista, las comunidades de desarrollo de software libre o los servidores feministas, donde existen algunos ejemplos de repolitización de la tecnología en clave de género y desde una perspectiva decolonialista.

«El desarrollo tecnológico está marcado por unos contextos y condicionantes ideológicos que tienen que ver con el género, con nuestra orientación sexual, clase, raza, edad, cultura»CLIC PARA TUITEAR

Muchos de estos proyectos se apropian de las tecnologías como instrumentos para la organización política, económica y productiva pero también como medios para la creación de nuevas comunidades feministas. El impulso de las organizaciones de mujeres, LGTBIQ+ y las redes ciberfeministas resulta de importancia para entender la gran cantidad de iniciativas actuales transformadoras y su heterogeneidad y creatividad en cuanto a usos y desarrollos innovadores. Sin lugar a dudas, cuando una se pone a mirar de cerca el panorama actual de desarrollo de proyectos de soberanía tecnológica, tecnologías apropiadas, técnicas liberadoras y empoderadoras, encontramos a muchas compañeras feministas en el centro de estos proyectos.

Quisiéramos ahora introducir algunas iniciativas que nos parecen ejemplificar estas perspectivas feministas de las tecnologías y esperamos que despierten su curiosidad y sus ganas de indagar más de cerca en lo que hacen, cómo lo hacen y, ojalá, en cómo pueden apoyarlas.

Empezamos por hacer referencia a las luchas y acciones de la Coalición de Extrabajadoras y Trabajadoras de la Industria Electrónica en Mexico (CETIEN), quienes establecen mecanismos para defender sus derechos laborales y humanos, recordándonos que los dispositivos electrónicos que consumimos demasiadas veces de manera despreocupada están generalmente producidos en pésimas condiciones y en entornos impregnados de violencia.

Otro ejemplo de apropiación feminista de las tecnologías se encuentra en la red de radios comunitarias y software libre, que está habitada por muchas compañeras feministas. Se está articulando una red en la cual las mujeres acceden a herramientas y contenidos libres para difundir en sus propias radios comunitarias permitiendo a compas lesbofeministas, abortistas, indígenas tomar el control de sus propios medios de comunicación.

«Las posibilidades de acceso, uso y participación efectiva en el diseño de las tecnologías adolecen de importantes desigualdades de género»CLIC PARA TUITEAR

Luego podríamos citar a la galaxia de encuentros y talleres transhackfeministas organizados para compartir y apropiarse juntas de herramientas y practicas de cuidados y autodefensa (físicos, digitales, emocionales). El laboratorio de interconectividades nos lo cuenta así: “Desarrollamos una metodología estratégica en la que existe una hibridación entre técnicas de artes marciales, autodefensa feminista y cuidados colectivos digitales. En este proceso no dicotomizamos online/offline y trabajamos de manera holística como un compromiso político con la vida de cada una y la de todas. Reconectamos con nuestra intuición, exploramos nuestros límites corporales y espaciales, y hacemos un diagnóstico sobre nuestros hábitos cotidianos para comunicarnos, organizarnos y afectarnos de manera más segura y autónoma”[1].

En esta línea, hacemos referencia a ciberseguras.org, la clicka.net y acoso.online quienes se centran en contenidos de protección y mitigación de la violencia de género, como por ejemplo denunciar y resistir la publicación de pornografía no consentida, produciendo toda la información necesaria de la cual no se hacen cargo las plataformas comerciales. Ellas acaban de programar una bot en Telegram para proveer ayuda y consejos a las compañeras que enfrentan este tipo de violencia. Este proyecto, como todos los que hemos citado hasta aquí, surge de redes de conversación, apoyo y solidaridad que se tejen gracias a encuentros cara a cara que permiten a las compañeras politizar sus tecnologías e idear estas soluciones para contrarrestar estas violencias.

 

En esos espacios físicos, en los encuentros temporales, en la convergencia, las compañeras se reconocen y a menudo rompen con una sensación de aislamiento. Es así como pueden poner en común sus perspectivas e hilar juntas talleres, editatonas, conciertos, ladyfests, cryptoparties y hackmeetings, pero también escritos, relatos, audiovisuales, mapas, historias y memorias colectivas. Circulando, creando, reviviendo, resignificando, difundiendo, apoyando, escuchando, informando, comunicando.

Finalmente, quisieramos apuntar al desarrollo de servidores feministas, que nos brinda esperanza respecto a la necesidad de apuntalar espacios seguros para administrar y alojar nuestros contenidos y servicios online. Citamos aquí proyectos de servidores feministas iniciados durante la primera convergencia TransHackFeminista (THF)[2], como el proyecto Systerserver, lanzado por Genderchangers, y el Carnaval Eclectic Tech, que se centran en el alojamiento de servicios en línea; o Anarchaserver, lanzado por habitantes de Calafou y personas involucradas en la organización del THF y que se centra en alojar datos “vivos, zombie y en transición”. En 2015, un nuevo servidor feminista llamado Vedetas fue lanzado por el hacklab feminista Marialab, ubicado en Sao Paulo (Brasil). Luego amigas ubicadas en México han puesto en marcha Kefir.red, un servidor autónomo que también proporciona apoyo y acogida a colectivos feministas. Finalmente, tenemos que mencionar a Cl4ndestina, también ubicada en Brasil, y a Maddix, situada en Catalunya, como parte de las redes de servidores feministas.

Esperamos que con estos ejemplos os pique la curiosidad y os entren ganas de visitar esta fabulosa galaxia de iniciativas y proyectos de desarrollo de tecnologías feministas. Si buscan más ejemplos, siempre las esperamos en nuestro portal Donestech.net donde vamos compartiendo acerca de estos oasis que nos permiten vislumbrar unas realidades donde nosotras conjuramos nuestras propias futurotopias feministas, aquí y ahora, politizando, polinizando las tecnologías que queremos.

 

Pikara Magazine, periodismo feminista online y en papel

Este contenido ha sido publicado originalmente en el monográfico ‘Violencias digitales’, en el que abordamos la violencia machista en internet desde diferentes perspectivas.

 

[1] Autodefensas Hackfeministas: https://lab-interconectividades.net/autodefensas-hackfeministas/ + Vídeo: https://lab-interconectividades.net/video-autodefensas-hackfeministas-oax/

[2] Primera convergencia TransHackFeminista http://transhackfeminist.noblogs.org/ + Vídeo: https://vimeo.com/97367312