DonesTech: La infraestructura feminista como creación de lo que nos sostiene – Spideralex

La infra­es­truc­tura femi­nista abarca un conjunto de tecno­logías para infor­mar, comu­ni­car, docu­men­tar, conec­tar, rela­cio­nar­nos, explorar iden­ti­da­des e inven­tar narra­ti­vas e imagi­na­rios subver­sivos y radi­ca­les acerca de los otros mundos posibles y desea­bles que se están cons­truyendo a diario. En este texto recor­da­mos cómo los movi­mien­tos socia­les, las perso­nas defen­so­ras de dere­chos y las acti­vis­tas contribuyen a imagi­nar, diseñar, imple­men­tar y mante­ner las tecno­logías que nece­sitan para cubrir sus nece­si­da­des.

Habla­mos aquí de las “otras” tecno­logías, las que se desa­rro­llan por y para la socie­dad civil, poniendo el foco en aque­llas crea­das por perso­nas femi­nis­tas y anti­ra­cis­tas, por muje­res y cuer­pos disiden­tes, por iden­ti­da­des de género no bina­rio, por comu­ni­da­des indí­genas y perso­nas racia­li­za­das. Estas trabajan en diseñar tecno­logías (más) seguras, diver­sas e inclu­sivas, en las cuales la priva­ci­dad, la protec­ción y el consen­ti­miento afir­ma­tivo y entu­siasta se vuel­ven la norma y no la excep­ción.

La buena noti­cia es que exis­ten muchos proyec­tos, expe­rien­cias y colec­ti­vas. Todas ellas confor­man un espe­cie de archipiélago mas o menos conec­tado de inicia­ti­vas cons­truyendo una inter­net femi­nista compuesta de estra­te­gias de autodefensa dentro de la inter­net centra­li­zada y comer­cial actual, así como hecha de infra­es­truc­tura autó­noma propia creada en los marge­nes de la World Wild Web adonde las perso­nas aun gestio­nan sus propios servi­do­res, servi­cios y protoco­los. La mala noti­cia es que resulta impo­sible compa­rar el tamaño de estas inicia­ti­vas y los poco recur­sos con los cuales cuen­tan con las plata­for­mas y servi­cios de redes socia­les comer­cia­les cuyo modelo de negocios se sostiene en parte sobre la mone­tiza­ción del discurso de odio y las Violen­cias Machis­tas Digita­les permitién­do­les gene­rar canti­da­des ingen­tes de ingre­sos.

La buena noti­cia es que exis­ten muchos proyec­tos, expe­rien­cias y colec­ti­vas. Todas ellas confor­man un espe­cie de archipiélago más o menos conec­tado de inicia­ti­vas que contribuyen a la crea­ción de una Inter­net femi­nista, compuesta de estra­te­gias de autodefensa dentro de la Inter­net centra­li­zada y comer­cial actual. Esta Inter­net está compuesta de una infra­es­truc­tura autó­noma propia creada en los márge­nes de la World Wide Web donde las perso­nas aún gestio­nan sus propios servi­do­res, servi­cios y protoco­los. La mala noti­cia es que resulta impo­sible compa­rar el tamaño de estas inicia­ti­vas y los esca­sos recur­sos con los que cuen­tan con las plata­for­mas y servi­cios de redes socia­les comer­cia­les, cuyo modelo de negocio se sostiene, entre otras cosas, sobre la mone­tiza­ción del discurso de odio y las Violen­cias Machis­tas Digita­les.

En este texto empeza­mos explorando algu­nos nuevos voca­bula­rios para hablar de estas otras tecno­logías posibles, deli­neando cuáles son los vínculos entre la infra­es­truc­tura femi­nista, las técni­cas para la vida y las tecno­logías apro­pia­das. A conti­nua­ción nos centra­mos en las dife­ren­cias y puntos comu­nes entre la Inter­net femi­nista y la infra­es­truc­tura femi­nista, y final­mente presen­ta­mos una serie de inicia­ti­vas que la ejem­plifi­can, mostrando lo que cons­truyen y cómo sostie­nen una serie de deseos y nece­si­da­des de las colec­ti­vas y luchas femi­nis­tas.

Lo que no se nombra no existe

Como bien nos recuer­dan una y otra vez las ciber­fe­mi­nis­tas, hackti­vis­tas femi­nis­tas, trans­ha­ckfe­mi­nis­tas y hackers trans­fe­mi­nis­tas1, las carac­te­rís­ti­cas socia­les y cultura­les de las perso­nas detrás del desa­rro­llo de las tecno­logías, así como sus moti­va­cio­nes impor­tan mucho en que tipo de efecto tendrán. Diseñar una tecno­logía con un sentido de justi­cia en mente importa, mante­ner una tecno­logía preo­cupán­dote acerca de su coste ecológico y social importa.

Invo­car2 una tecno­logía inten­tando que esta ayude en solucio­nar una nece­si­dad social o política y no lo haga haciendo daño a otros grupos socia­les, otras espe­cies, requiere de esfuer­zos y contribucio­nes diver­sas y varia­das. Las supues­tas tecno­logías apolíti­cas y neut­ra­les no exis­ten, solo son mitos que permiten a los inge­nie­ros y desa­rro­lla­do­res poder dormir por las noches. Para poder romper el cerco del colo­nia­lismo digital nece­sita­mos recupe­rar y nombrar otras mane­ras de desear y teorizar las tecno­logías.

El colo­nia­lismo digital3 extrae los recur­sos de la tierra avasa­llando cuer­pos-territorios ente­ros, extrae los datos de nues­tros dispo­siti­vos, afec­tando nues­tros cuer­pos digita­les, y ademas colo­niza nues­tras mentes respecto a que son y que no son tecno­logías, quie­nes son las perso­nas y perfi­les legíti­mos para hacer­las y mante­ner­las y quie­nes no lo son. Por lo tanto cons­truir sobe­ra­nía tecno­logía e infra­es­truc­tura femi­nista empieza por :

1) libe­rar la mente acerca de lo que son las tecno­logías y ampliar la mirada sobre estas;
2) recor­dar las contribucio­nes diver­sas de las muje­res, disiden­tes de genero, culturas indí­genas, y otras anónimas al desa­rro­llo de tecno­logías;
3) enten­der que existe una larga tradi­ción de colec­ti­vas y redes desa­rro­llando las tecno­logías que nece­sitan para su agen­cia y trans­for­ma­ción social y política.

Las muje­res y las compa­ñe­ras femi­nis­tas siem­pre han estado allí, por debajo y por los
lados, compar­tiendo técni­cas para la vida y haciendo tecno­logías apro­pia­das (desde una idio­sin­cra­sia que no conta­mina ni resta), tecno­logías “lentas”, tecno­logías ances­tra­les, “tecno­logías meno­res”, y tecno­logías libres en pos de la sobe­ra­nía y auto­no­mía de las comu­ni­da­des que las desa­rro­llan. Hemos sido porta­do­ras y garan­tes de que el cono­ci­miento acerca de esta diver­si­dad de técni­cas se compar­tiera y evolucio­nara dentro de comu­ni­da­des ya que, como nos recuerda Marga­rita Padi­lla: “en la lucha por la sobe­ra­nía, la cosa va de comu­ni­da­des. Nadie inventa, cons­truye o programa en solita­rio, senci­lla­mente porque la compleji­dad de la tarea es tal que eso resul­ta­ría impo­sible”.4

Sin duda, cuando mira­mos de cerca el pano­rama de la sobe­ra­nía tecno­lógica, las tecno­logías apro­pia­das, las técni­cas libe­ra­do­ras y las infra­es­truc­turas femi­nis­tas, encontra­mos a muchas muje­res y perso­nas LGBTIQ+ dentro de las comu­ni­da­des que las imple­men­tan y apoyan.

¿Qué marca la línea sensible que dife­ren­cia entre técni­cas y tecno­logías y por qué es impor­tante para la infra­es­truc­tura femi­nista? Según Biagini y Carnino, “la técnica es tanto el saber hacer como las herra­mien­tas, es decir, un conjunto de proce­sos infor­ma­les y su sedi­men­ta­ción instru­men­tal en los obje­tos produci­dos por los arte­sanos […] La tecno­logía es un conjunto de proce­sos macrotéc­ni­cos (es decir, proce­sos más amplios que el ser humano y la comu­ni­dad de un pueblo) que son posibles gracias a la alianza de la cien­cia y la tecno­logía“.5

Así, la técnica puede ser no tecno­lógica, pero la tecno­logía se basa en la absor­ción de técni­cas. En la siste­ma­tiza­ción inducida por la produc­ción de tecno­logías, las técni­cas para la vida pueden igno­rarse o destruirse por completo. Son las que nos ofre­cían otras mane­ras de pensar nues­tra rela­ción con el entorno y los valo­res que proyec­ta­mos en esa rela­ción.

Y aquí quiero llamar a nues­tra aten­ción una proyec­ción, una posibi­li­dad esbo­zada por Murray Book­chin en 19656 cuando mencio­naba lo que podría ser tran­sitar hacia una tecno­logía libe­ra­dora. Incluyo en el siguiente párrafo un resu­men de algu­nas de las ideas pione­ras y revo­lucio­na­rias que incluía su ensayo en el cual nos hablaba de como las técni­cas para la vida podían soste­ner un giro de la socie­dad hacia la autar­quía, la confe­de­ra­ción indus­trial y una coor­di­na­ción nacio­nal de la econo­mía:

La técnica ha de concebirse como la estruc­tura indis­pen­sa­ble en la que se apoyan todas las insti­tucio­nes vivas de un orga­nismo social dinámico. La técnica al servi­cio de la vida. […] En una comu­ni­dad libe­rada, la combi­na­ción de la máquina indus­trial con la herra­mienta arte­sa­nal podría alcan­zar un grado de perfec­ción, de inter­depen­den­cia crea­dora sin para­lelo en la historia de la huma­ni­dad. […] Ya no se busca­rán la canti­dad y la unifor­mi­dad, sino la cali­dad y el valor artís­tico; ya no impor­tará vender a toda costa, sino fabri­car produc­tos dura­de­ros; […]Para que la técnica esté al servi­cio de la vida debe asen­tarse en la comu­ni­dad, confor­marse a las nece­si­da­des de ésta y mante­nerse dentro de una escala regio­nal. […] Si varios grupos comu­nita­rios compar­tie­ran las fábri­cas y los recur­sos zona­les se promo­ve­ría la soli­da­ri­dad entre ellos, surgi­ría una confe­de­ra­ción basada no sólo en la comu­ni­dad de inte­re­ses cultura­les y espi­ritua­les sino también de nece­si­da­des mate­ria­les

Murray Book­chin tiene una visión muy avan­zada y revo­lucio­na­ria del tipo de tecno­logías que podría­mos mere­cer­nos en una socie­dad descre­cen­tista capaz de preve­nir y enfren­tar las peores conse­cuen­cias del cambio climá­tico. Si segui­mos profun­dizando en la rela­ción entre técni­cas para la vida, tecno­logías y comu­ni­da­des, volve­mos a encon­trar­nos de nuevo con Biagini y Carnino quien nos dicen que “según Wigney, el mundo anti­guo seguía produciendo hechos rela­ti­vos en lugar de abso­lutos porque se basaba en cono­ci­mien­tos esen­cial­mente situa­dos y difí­ci­les de trans­fe­rir a otros luga­res. La indus­tria­li­za­ción y su coro­la­rio, la prole­ta­riza­ción defi­nida como despo­se­sión arte­sa­nal, sólo fueron posibles a gran escala con la ayuda de la cien­cia en desa­rro­llo. Esta cien­cia, lejos de ser espe­cula­tiva, está profun­da­mente arraigada en la reali­dad: es un hecho7”.

Esta afir­ma­ción nos recuerda que son los cono­ci­mien­tos y expe­rien­cias situa­das y espe­cula­ti­vas donde encontra­mos las mane­ras de desha­cer­nos del mito de la cien­cia y el progreso tecno­lógico. Esta tecno­logía que se define sobre todo como una política de “moverse rápido y romper cosas” (move fast and break things). Muy pocos parti­cipan en su sueño, en su concep­ción, en su deci­sión; pero todas noso­t­ras esta­mos expues­tas a los efec­tos de su imple­men­ta­ción. No deja espa­cio para una concep­ción espe­cula­tiva colec­tiva de las técni­cas y tecno­logías que nece­sita­mos y mere­ce­mos. La cien­cia moderna y las “nuevas” tecno­logías se basan en alejar, anular o absor­ber las técni­cas nece­sa­rias para la vida e impe­dir­nos encon­trar los pasos, atajos y cami­nos hacia nues­tras tecno­logías apro­pia­das.

Según Elleflane, una tecno­logia apro­priada “describe aque­lla tecno­logía que mejor se adecua a situa­cio­nes medioam­bien­ta­les, cultura­les y econó­mi­cas, requiere pocos recur­sos, implica menos costos, no requiere altos niveles de mante­ni­miento, se genera con destrezas, herra­mien­tas y mate­ria­les de la zona y puede ser local­mente repa­rada, modifi­cada y trans­for­mada. Al fin y al cabo, ¿qué comu­ni­dad no nece­sita que una tecno­logía sea eficiente, se comprenda y se adapte a su contexto propio?8.

Y porque lo que no se nombra no puede exis­tir, segui­mos aquí nombrando nuevos voca­bula­rios para hablar de otras tecno­logías posibles.

Conta­mos con la propuesta modesta para salvar al mundo9 de Yasa­naya Elena Agui­lar Gil quien nos advierte que para Abya Yala solo la tequio­logía nos salvará del desas­tre climá­tico. Nos cuenta que trata de un trabajo cola­bo­ra­tivo de apoyo prac­ti­cada por muchos pueblos de México y nos ilus­tra esta tequio­logia en acción con algu­nos ejem­plos entre los cuales la red de acti­vismo Digital en Lenguas Indí­genas10 que une a wikipe­dis­tas, desa­rro­lla­do­res de apps y progra­ma­do­res en diver­sas lenguas indí­genas. Tambien hace refe­ren­cia al proyecto de Tecno­logía Celular Comu­nita­ria11 para los cuales la comu­ni­dad es dueña de su red de telefo­nía celular, admi­nis­trán­dola econó­mi­ca­mente y operan­dola técni­ca­mente. Encontra­mos otro proyecto afín en las redes comu­nita­rias faci­lita­das por Rhizo­má­tica12 quie­nes también se centran en crear redes de telefo­nía móvi­les en las comu­ni­da­des loca­les de Oaxaca y mas allá.

También en México, Darwin Franco Migues ha inves­ti­gado y escrito un libro llamado “Tecno­logías de espe­ranza13” en el cual nos cuenta como las fami­lias de las 98 000 perso­nas desapa­re­ci­das apren­den a utilizar todo tipo de tecno­logías, desde la pala, pico y vari­lla en “t” hasta los drones aéreos y terres­tres o los mapas satelita­les para encon­trar­los. Siem­pre en México, encontra­mos a Nadia Cortés, Irene Soria y Silvia Soler quie­nes exploran en el libro “Tecno­logías del cuidado14 formas muy diver­sas de rela­cio­narse con estos anali­zando desde nues­tras depen­den­cias vita­les con las incu­ba­do­ras, los reco­rri­dos para afir­marse como hackfe­mi­nista dentro de espa­cios marca­dos por el machismo, hasta las rela­cio­nes afec­ti­vas que se desa­rro­llan con los anima­les de crianza en el marco de una granja fami­liar.

Nos llama la aten­ción que todos estos últi­mos ejem­plos salgan de México, un país con una larga trayec­toria de espa­cios comu­na­les y comu­ni­da­des en lucha y quien enfren­tan al mismo tiempo una ola sistémica de violen­cia en el cual las tecno­logías juegan un impor­tante papel de vigi­lan­cia, control y repre­sión por parte del narco­gobierno y al mismo tiempo repre­sen­tan posibi­li­da­des para libe­rar el poten­cial auto­nó­mico y sobe­rano de las comu­ni­da­des en lucha.

Respecto a las “tecno­logías para la libe­ra­ción y la cons­truc­ción de futuros aboli­cio­nis­tas”15. debe­mos hablar de los EEUU donde las comu­ni­da­des queer, trans, negra, indí­gena y de perso­nas de color están lide­rando pode­ro­sos movi­mien­tos anti-racis­tas y para la des-pena­li­za­ción. Estas comu­ni­da­des están enfren­tando una sofis­ti­cada maqui­na­ria de vigi­lan­cia y un capita­lismo de los datos que perpe­tua las anti­guas estruc­turas de opre­sión y de racismo estruc­tural here­da­das de la esclavitud16. Todo ello genera estra­te­gias de resis­ten­cia y refle­xio­nes profun­das acerca de como imagi­nar tecno­logías libe­ra­do­ras para sus comu­ni­da­des.

Final­mente, en rela­ción con la cons­tela­ción que gravita alre­de­dor de la Allied Media Confe­rence17 en Detroit encontra­mos el proyecto para una “tecno­logía del consen­ti­miento” (Consen­tful tech project18 y Consen­tful tech curri­culum19). Este tipo de tecno­logía retoma los valo­res del consen­ti­miento afir­ma­tivo y los tras­lada al diseño y desa­rro­llo de tecno­logías pidiendo que el consen­ti­miento de usar­las/habitar­las tenga las siguien­tes carac­te­rís­ti­cas:

Libre- En tecno­logía, si una inter­faz está diseñada para inducir a las perso­nas a hacer algo que normal­mente no harían, la apli­ca­ción no es consen­tida.
Rever­sible – Cual­quiera puede cambiar de opinión sobre lo que quiere hacer, en cual­quier momento. En tecno­logía, debe­rías tener el dere­cho de limitar el acceso o elimi­nar por completo tus datos en cual­quier momento.
Infor­mado – Las apli­ca­cio­nes cons­cien­tes utilizan un lenguaje claro y acce­sible para infor­mar a los usua­rios sobre los ries­gos que presen­tan y los datos que alma­ce­nan.
Entu­siasta – Si alguien no está entu­sias­mado, o no está real­mente inte­re­sado, eso no es un consen­ti­miento. Si las perso­nas ceden sus datos porque tienen que hacerlo para acce­der a los servi­cios nece­sa­rios y no porque quie­ran, eso no es consen­ti­miento.
Espe­cífico – Decir que sí a una cosa no significa que tengas que decir sí a otras. Una apli­ca­ción consen­tida sólo utiliza datos que el usua­rio ha dado direc­ta­mente, no datos adqui­ri­dos a través de otros medios como el scraping o la compra, y los utiliza sólo de la forma en que el usua­rio ha dado su consen­ti­miento”20.

En esta compren­sión y consen­ti­miento mutuo entre comu­ni­da­des y sus tecno­logías apro­pia­das se encuen­tran las claves para una infra­es­truc­tura femi­nista que sostiene la rege­ne­ra­ción de los ecosis­te­mas. Como si se basa­ran en proce­sos de auto­produc­ción y auto­po­ie­sis, estas infra­es­truc­turas femi­nis­tas se alimen­tan de nues­tras ideas, recuer­dos, narra­cio­nes, historias, fábulas y deseos.

La infra­es­truc­tura femi­nista suele encon­trarse por debajo y a los lados. A menudo es preca­ria, volun­ta­ria y difí­cil de ver. Pero también es extensa, distribuida, y sitúa en su centro el valor y el afecto que se ofre­cen mutua­mente las perso­nas, las máqui­nas y los ecosis­te­mas que la compo­nen.

Una inter­net femi­nista en deve­nir

La idea de una Inter­net femi­nista se basa en los Prin­cipios Femi­nis­tas de Inter­net21, que son una serie de decla­ra­cio­nes que ofre­cen una perspec­tiva de género y de dere­chos sexua­les y reproduc­ti­vos en rela­ción con Inter­net. Se redac­ta­ron en la primera reunión “Imagina una Inter­net femi­nista”, celebrada en Mala­sia en 2014 y orga­nizada por la Asocia­ción para el Progreso de las Comu­ni­ca­cio­nes (APC). Actual­mente cuenta con 17 prin­cipios en total, orga­niza­dos en 5 cate­go­rías: Acceso, Movi­miento, Econo­mía, Expre­sión y Agen­cia. Juntos, preten­den propor­cio­nar un marco para que los movi­mien­tos de muje­res y LGTBIQ+ arti­culen y exploren cues­tio­nes rela­cio­na­das con las tecno­logías de la infor­ma­ción y la comu­ni­ca­ción.

De esta manera, una Inter­net femi­nista (APC, s.f.) se dedica a “Una inter­net femi­nista tiene como obje­tivo trabajar para empo­de­rar a más muje­res y perso­nas queer – en toda nues­tra diver­si­dad – para disfrutar plena­mente de nues­tros dere­chos, parti­cipar en el placer y el juego y desman­telar el patriar­cado. Esto inte­gra nues­tras dife­ren­tes reali­da­des, contextos y espe­cifi­ci­da­des – incluyendo edad, discapa­ci­da­des, sexua­li­da­des, iden­ti­da­des y expre­sio­nes de género, posi­ción socioe­co­nó­mica, creen­cias políti­cas y reli­gio­sas, orígenes étni­cos y marca­do­res racia­les”22.

La Inter­net femi­nista funciona como una aspi­ra­ción, y una hoja de ruta, para hacer que Inter­net sea más inclu­siva, segura y amable con todas las diver­si­da­des de cuer­pos y afec­tos que la habitan, así como para recla­mar y reivin­di­car su poten­cial para la disiden­cia y la trans­for­ma­ción social y política. En este sentido, se puede crear tempo­ral­mente, e incluso de forma esta­ble, una Inter­net femi­nista dentro de la actual Inter­net patriar­cal, colo­nia­lista y capita­lista. Tome­mos, por ejem­plo, la crea­ción de grupos, conver­sacio­nes y recur­sos femi­nis­tas en la WWW. La inter­net femi­nista afor­tu­na­da­mente ya existe y se puede hacer dentro de una infra­es­truc­tura digital que no es femi­nista ni en su desa­rro­llo o su aspi­ra­ción. Con su presen­cia, cues­tiona las rela­cio­nes de poder y la divi­sión del trabajo que tienen allí lugar. Como nos recuerda Euge­nia Siapera (2019) “en la creciente compe­ten­cia social impuesta por el capita­lismo infor­ma­tivo neolibe­ral, la miso­gi­nia reapa­rece como síntoma de las luchas por una nueva divi­sión del trabajo. Nadie puede estar seguro de lo que ocurrirá en el futuro. Pero la miso­gi­nia en línea y la violen­cia de género digital pueden conside­rarse una versión moderna de la miso­gi­nia y la violen­cia contra las muje­res en el periodo de tran­si­ción entre el feuda­lismo y el capita­lismo. Como mues­tra Silvia Fede­ricci en su libro Calibán y la bruja, se pueden encon­trar muchas analo­gías entre esta época y la que vivi­mos hoy en línea”.23

En ese sentido, la Inter­net femi­nista que existe hoy en día esta presente en espa­cios en disputa, se asienta en luga­res conec­ta­dos incómo­dos y a menudo en plata­for­mas gestio­na­das y pensa­das para norma­li­zar la violen­cia contra las muje­res e incluso mone­tizar­las. Es como inten­tar crear nuevos mundos en centros comer­cia­les del que nos pueden pedir que salga­mos en cual­quier momento y en los cuales todos los dere­chos están asig­na­dos por defecto a los propie­ta­rios del lugar. Esta claro que la demos­tra­ción, la zona tempo­ral autó­noma, el espa­cio mas seguro se puede crear y es lo que hacen todos los días las femi­nis­tas y perso­nas LGTBIQ que se expre­san en estas plata­for­mas. No obstante esa inter­net femi­nista no es aun infra­es­truc­tura femi­nista, se solapa con ella, pero para volverse infra­es­truc­tura esta­ble debe aspi­rar a ser una zona autoges­tio­nada, una infra­es­truc­tura en la que todas las que la habitan pueden desem­pe­ñar un papel en su defi­ni­ción, forma, mante­ni­miento y gober­nanza.

En otro sentido, la Inter­net femi­nista también incluye los servi­do­res femi­nis­tas, que se cons­ti­tuyen como una de las bases de la infra­es­truc­tura femi­nista autó­noma online. Los servi­do­res femi­nis­tas suman proce­sos de inves­ti­ga­ción, expe­ri­men­ta­ción y un conjunto de prác­ti­cas tecno­po­líti­cas desa­rro­lla­das por redes y grupos de ciber­fe­mi­nis­tas y trans­fe­mi­nis­tas inte­re­sa­das en crear una infra­es­truc­tura comu­ni­ca­cio­nal más autó­noma. Los servi­do­res femi­nis­tas están inte­re­sa­das en crear las condi­cio­nes para que los datos, los conte­ni­dos y la memo­ria de los grupos femi­nis­tas puedan ser acce­di­dos, consul­ta­dos, conser­va­dos y en gene­ral gestio­na­dos adecua­da­mente. Se trata de ganar en auto­no­mía a la hora de cons­truir y manejar nues­tras plata­for­mas, asegurar que podre­mos exis­tir en espa­cios conec­ta­dos mas seguros y poder tener acceso a una diver­si­dad de herra­mien­tas como listas de correo, blogs, wikis, siste­mas de gestión de conte­ni­dos (CMS), redes socia­les y cual­quier otro servi­cio, software y conte­nido nece­sa­rio para las luchas femi­nis­tas.

Las servi­do­ras femi­nis­tas se plan­tean las siguien­tes pregun­tas: ¿Cuá­les son los obje­ti­vos de un servi­dor femi­nista? ¿Qué hace que un servi­dor sea autó­nomo y femi­nista? ¿Cuá­les son los posibles modelos (social­mente soste­nibles) para estos servi­do­res? ¿Cómo cons­trui­mos la confianza mutua para desa­rro­llar enfoques coope­ra­ti­vos en la gestión de estos espa­cios de resis­ten­cia y trans­for­ma­ción? ¿De qué están hechas nues­tras tecno­logías femi­nis­tas? ¿Cómo las soña­mos y encar­na­mos?. Los servi­do­res femi­nis­tas también nos mues­tran la impor­tan­cia de reco­no­cer que los entor­nos tecno­lógi­cos requie­ren de más muje­res y diver­si­dad cultural en gene­ral, y que para conse­guirlo hay que crear condi­cio­nes y posibi­li­da­des varia­das. Contar con una multi­pli­ci­dad de posibles espa­cios para entrar e incluirse en estos espa­cios sigue siento un reto, las condi­cio­nes de acceso y apren­dizaje en rela­ción a la admi­nis­tra­ción de servi­do­res siguen siendo espa­cios inac­ce­sibles y muy privi­le­gia­dos para la mayor parte de las compa­ñe­ras femi­nis­tas.

Actual­mente hay una decena de servi­do­res femi­nis­tas en funcio­na­miento, prin­cipal­mente en América Latina y Europa24. Algu­nos de estos servi­do­res se crean como campo de pruebas para que sus parti­cipan­tes expe­ri­men­ten y apren­dan a gestio­nar un servi­dor con otras femi­nis­tas, y otros servi­do­res están más desti­na­dos a propor­cio­nar servi­cios y aloja­miento al movi­miento femi­nista y plan­tean modos de soste­nibi­li­dad econó­mica para que sus admi­nis­tra­do­ras puedan ganarse la vida con su trabajo. La cues­tión del modelo econó­mico ideal sigue siendo una cues­tión abierta que deberá seguir siendo explorada y cues­tio­nada por los movi­mien­tos y los fondos femi­nis­tas.

Con el ejem­plo de los servi­do­res femi­nis­tas, nos damos cuenta de que el concepto de infra­es­truc­tura femi­nista no puede reducirse al concepto de Inter­net femi­nista, porque es más amplio y concierne a otros espa­cios y tecno­logías fuera de Inter­net. También porque la infra­es­truc­tura femi­nista está pensada para ser desa­rro­llada en la medida de lo posible fuera de las infra­es­truc­turas patriar­ca­les, el obje­tivo siendo el de crear nues­tra propia infra­es­truc­tura. Para­sitando desde abajo y por los lados, la infra­es­truc­tura femi­nista es nues­tra respuesta crea­tiva y sistémica a las violen­cias del sistema patriar­capita­lista.Lo que nos sostiene es casi invi­sible

El término “infra­es­truc­tura” combina las pala­bras estruc­tura e infra, que significa “debajo”. Otra defi­ni­ción del término sorprende por su vague­dad: “Las insta­la­cio­nes que forman la base de cual­quier opera­ción o sistema” (Harper, s.f.). Sin lugar a dudas las infra­es­truc­turas son complejas de defi­nir. La versati­li­dad del término las hace aún más evanes­cen­tes, ya que las infra­es­truc­turas pueden exis­tir en dimen­sio­nes tan varia­das como la arquitec­tura, los puen­tes y carre­te­ras, los siste­mas de gestión de la ener­gía, la sobe­ra­nía nacio­nal, la inge­nie­ría civil y militar, los hábitos y prác­ti­cas socia­les, las redes de apoyo y soli­da­ri­dad y las infra­es­truc­turas infor­má­ti­cas.

En cual­quier caso, cuando habla­mos de infra­es­truc­tura parece que nos refe­ri­mos a lo que es difí­cil de ver, a lo que se hace poco visible, o a lo que no se quiere que se vea. Por eso tende­mos a no verla, olvi­darla o igno­rarla. Cada una de estas acep­ta­cio­nes puede signifi­car algo dife­rente para la infra­es­truc­tura femi­nista, ya que esta puede querer perma­ne­cer bajo el radar (por razo­nes de seguri­dad, afini­dad o preca­rie­dad), o puede ser invi­sibi­lizada acti­va­mente por efec­tos de la discrimi­na­ción y/o la censura que buscan silen­ciar y borrar las contribucio­nes de las muje­res, perso­nas LGTBIQ+ y las mino­rías cultura­les tradi­cio­nal­mente discrimi­na­das.

Así pues, si no es fácil iden­ti­fi­car y defi­nir lo que es “infra­es­truc­tura”, cabe pregun­tarse si hay formas de iden­ti­fi­carla que nos funcio­nen: ¿Cómo encon­trarla, verla y nombrarla cuando la busca­mos? ¿Cómo expli­car su modus operandi y celebrar a quié­nes la mantie­nen? ¿Cómo deter­mi­nar qué hace y a quién apoya?

En el marco de este artículo utiliza­re­mos una defi­ni­ción amplia de la infra­es­truc­tura femi­nista entiendo que esta sobrepasa amplia­mente las prác­ti­cas femi­nis­tas enfi­ca­das en las técni­cas y tecno­logías de la infor­ma­ción, la rela­ción, la comu­ni­ca­ción, la docu­men­ta­ción y la crea­ción de narra­ti­vas e imagi­na­rios.

“Por infra­es­truc­tura femi­nista nos refe­ri­mos al conjunto de recur­sos que apoyan y refuer­zan el desa­rro­llo y avance de las luchas femi­nis­tas y trans­fe­mi­nis­tas. Por recur­sos enten­de­mos técni­cas, tecno­logías y proce­sos analó­gi­cos, digita­les y socia­les. La Infra­es­truc­tura femi­nista es uno de los posibles resul­ta­dos que deriva de las acti­vi­da­des e inte­rac­cio­nes femi­nis­tas y es tan anti­gua como los movi­mien­tos y colec­ti­vos femi­nis­tas. La Infra­es­truc­tura femi­nista permite la siste­ma­tiza­ción, mante­ni­miento y circula­ción de buenas ideas, prác­ti­cas y cuida­dos. Las redes de sorori­dad son un ejem­plo de infra­es­truc­tura femi­nista, y repre­sen­tan una de nues­tras prime­ras tecno­logías femi­nis­tas, quizá de las más anti­guas y exten­di­das. […] No nos olvi­da­mos tampoco de la infra­es­truc­tura móvil, efímera y tran­sitoria que radica en los encuen­tros, talle­res y fies­tas que nutren la confianza, el afecto y el bien­es­tar de las compa­ñe­ras femi­nis­tas” (Spide­ra­lex, Conver­gen­cia Trans­Ha­ckFe­mi­nista, 2022).25

Durante la conver­gen­cia Trans­Ha­ckFe­mi­nista celebrada el pasado mes de agosto 2022, se presen­ta­ron mas de 60 propues­tas al call4 no­des26. Se pudo comprobar en al propuesta de talle­res, char­las y acti­vi­da­des que la infra­es­truc­tura femi­nista es amplia y diversa y que pode­mos encon­trarla en una diver­si­dad de campos de acción como pueden ser: La autodefensa, Defensa del territorio, Ecosis­te­mas/soli­da­ri­dad inte­res­pe­cie, Hechi­zos y ritua­les, Huer­tos, Justi­cia restaura­tiva, Perfor­man­ces, Redes de apoyo y soli­da­ri­dad, Safer spaces, Técni­cas para la vida. Y respecto a temas mas enfoca­das a las tecno­logías de la rela­ción, infor­ma­ción, comu­ni­ca­ción, docu­men­ta­ción y crea­ción de narra­ti­vas e imagi­na­rios se propu­sie­ron acti­vi­da­des alre­de­dor de los siguien­tes temas: Autodefensa online, Biblio­te­cas/archivos/fanzi­nes, Colo­nia­lismo digital, Criti­cal and Queer Games, Hacklabs/fablabs/biolabs femi­nis­tas, Helpli­nes/Lineas de aten­ción, HerS­tory / Memo­ria, Radio, SF/ficción espe­cula­tiva/futuroto­pías femi­nis­tas, Servi­do­res, AI/ bots/protoco­los inter­net.

Aprove­chando la presen­cia de compa­ñe­ras con cono­ci­mien­tos y prac­ti­cas diver­sas alre­de­dor de las infra­es­truc­turas femi­nis­tas, insta­la­mos un video­thon Lela­co­ders27, un dispo­sitivo basado en un parche de Pure­Data que permitía acti­var un orde­na­dor y una cámara, para auto-entrevis­tarse y contar algún proyecto del cual forma­ban parte y como defi­nían la infra­es­truc­tura femi­nista. Este ejer­ci­cio resulto en 18 entrevis­tas que se pueden visio­nar online28 y que apor­tan mas elemen­tos de refle­xión acerca de como se piensa y define la infra­es­truc­tura femi­nista. Si bien un elemento común desta­caba que es un sostén por y para femi­nis­tas (“Asumi­mos que son crea­das y mante­ni­das para femi­nis­tas y para femi­nis­tas, enten­diendo y aten­diendo sus nece­si­da­des”/”El mante­ni­miento de esta infra­es­truc­tura debe prove­nir de una praxis femi­nista”), varias parti­cipan­tes apor­ta­ron otros elemen­tos desta­ca­bles para poder defi­nir y por lo tanto deter­mi­nar lo que es infra­es­truc­tura femi­nista. Pasa­mos a incluir algu­nas de estas carac­te­rís­ti­cas adicio­na­les en la siguiente sección:

“Es una meto­do­logía y un plan para utilizar los cono­ci­mien­tos”;
“Orga­niza en fondo medio invi­sible nues­tra rela­ción a la reali­dad y esta compuesta de muchos cuer­pos dife­ren­tes”;
“Las infra­es­truc­turas femi­nis­tas son los vasos comu­ni­can­tes que permiten el inter­cam­bio de ener­gía y recur­sos, me gusta­ría pensar que las infra­es­truc­turas femi­nis­tas son estas venas faci­litan­tes de vida”;
“Es una tela y una puesta en cone­xión, algo que permite tejer nuevas redes y crear contac­tos, son redes infor­ma­les que se crean por afini­da­des afec­ti­vas pero que también puedan crearse por rela­cio­nes de afini­dad de inte­rés o prac­ti­cas”;
“Es algo que apoya a las perso­nas para tomar sus propias deci­sio­nes, ofre­cién­do­les las opcio­nes con las cuales cuen­tan en cuanto a sus dere­chos, auto­no­mía corpo­ral, defensa digital”;
“Debe­ría apoyar a perso­nas de diver­sas comu­ni­da­des margi­na­das y ser muy inter­sec­cio­nal”;
“Mante­ne­mos nues­tras infra­es­truc­turas desde luga­res de inter­cam­bio, cuida­dos y afec­tos”;
Las infra­es­truc­tura femi­nis­tas rompen con las estruc­turas exis­ten­tes, rompen con algo que es próximo y habi­litan algo que se pueda reproducir como ondas expan­sivas. Trata de compar­tir con las perso­nas a las que quiero, hago lo que hago porque las quiero, es un deseo, es una búsqueda, poder ser algo que no es perfecto, ser sucio y ser necio, no quere­mos lo perfecto”;
“Hay un acto de resis­ten­cia en el hecho de hacerte cargo de algo, el compromiso tecno­lógico es lo que define para mi la infra­es­truc­tura femi­nista, asumir una postura de compromiso”;
“Tu sitio web funciona cuando funciona, no tiene porque funcio­nar 24/7, esa es una idea que hay que aban­do­nar, 24/7 solo respi­rar”;
“Cual­quier infra­es­truc­tura que genere la menos violen­cia posible”;
“Consis­ten en cues­tio­nar lo que es el poder y las dinámi­cas de domi­na­ción sistémi­cas conjun­ta­mente”.29

El encuen­tro permitió mostrar esta diver­si­dad y refle­xio­nar sobre las cuali­da­des de la infra­es­truc­tura femi­nista, que elemen­tos la poten­cian y cuales la contraen, como se cuida y sostiene a las que confor­man y como se pueden forta­le­cer proyec­tos entre si. El encuen­tro no se queda en el momento mismo de su celebra­ción, limitado a las perso­nas que pudie­ron estar allí, si no que es stri­meado, docu­men­tado, compar­tido y difun­dido y en ese momento pasa a ser parte de redes de infor­ma­ción, comu­ni­ca­ción, docu­men­ta­ción y narra­ti­vas que tienen sus propios tempo­ra­li­da­des y reco­rri­dos, se vuelve inspi­ra­ción y poten­cia­li­dad para otras compa­ñe­ras y colec­ti­vas femi­nis­tas. Cada proyecto compar­tido en el evento se desdo­bla en nuevas posibi­li­da­des cuando empieza a habitar la infra­es­truc­tura de los servi­do­res femi­nis­tas. Es así que gran parte de estas acti­vi­da­des han sido docu­men­ta­das en la pagina web del evento30, alojada en el servi­dor femi­nista autoges­tio­nado Anar­cha­ser­ver31. En comple­mento el strea­ming de las sesio­nes en directo gene­ra­ron videos que siguen dispo­nibles en la instan­cia peer­tube32 mante­nida también por un servi­dor femi­nista Syster­ser­ver33.

Conso­li­dar Infra­es­truc­turas Femi­nis­tas

Resulta impor­tante recor­dar que toda la infra­es­truc­tura femi­nista esta habitada por ciber­fe­mi­nis­tas, acti­vis­tas tecno­lógi­cas y movi­mien­tos de muje­res y perso­nas LGTBIQ+ que asumen y se preo­cupan por las cues­tio­nes políti­cas, socia­les y ambien­ta­les que plan­tean el desa­rro­llo y uso de las tecno­logías. Las tecno­logías que nece­sitan para sus luchas, pero también las que se les impo­nen para vigi­lar­las, contro­lar­las o expo­ner­las a nuevas y anti­guas violen­cias. Las infra­es­truc­turas de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes y los medios de comu­ni­ca­ción comer­cia­les son espa­cios hosti­les y territorios en disputa que también resul­tan ser espa­cios crucia­les para la conse­cución y el mante­ni­miento de nues­tras liber­ta­des individua­les y colec­ti­vas. Cuando perde­mos sobe­ra­nía y auto­no­mía sobre nues­tros medios de infor­ma­ción y comu­ni­ca­ción, sobre nues­tros datos, sobre nues­tros cuer­pos discre­tiza­dos y biome­triza­dos, todo el movi­miento femi­nista pierde de su capa­ci­dad de actuar y trans­for­mar el mundo. Para repen­sar nues­tras trayec­torias y memo­rias colec­ti­vas con las tecno­logías, para poder contar­las y verlas, nece­sita­mos exami­nar los movi­mien­tos colec­ti­vos de las comu­ni­da­des impli­ca­das en la crea­ción de sus propias técni­cas y tecno­logías libe­ra­do­ras.

Pasa­mos a presen­tar varios proyec­tos que ilus­tran lo que enten­de­mos por infra­es­truc­tura femi­nista en rela­ción con inter­net y las tecno­logías de las rela­cio­nes, la infor­ma­ción y la comu­ni­ca­ción (TRIC), y añadi­re­mos también de la docu­men­ta­ción, la memo­ria y la crea­ción de narra­ti­vas e imagi­na­rios. En la medida de lo posible inclui­mos direc­ta­mente sus voces porque cree­mos que las infra­es­truc­turas femi­nis­tas se describen y expli­can mejor por quie­nes las crean y las hacen a diario. Todas las inicia­ti­vas femi­nis­tas que se enume­ran a conti­nua­ción tienen un compromiso con las tecno­logías y las licen­cias libres y abier­tas, la auto­no­mía y sobe­ra­nía tecno­lógica, la autoges­tión o el coope­ra­ti­vismo, y todas desa­rro­llan prác­ti­cas tecno­po­líti­cas y usos crea­ti­vos de las tecno­logías.

HerS­tory y recur­sos femi­nis­tas online

La crea­ción y el mante­ni­miento de recur­sos online por parte de las femi­nis­tas es quizás la parte más visible y cono­cida de la infra­es­truc­tura femi­nista, y posible­mente es el área de acción que se solapa más plena­mente con la Inter­net femi­nista. A menudo, una de sus moti­va­cio­nes es hacer visibles los conte­ni­dos de inte­rés para las muje­res y las perso­nas LGTBIQ+ en rela­ción con sus luchas y preo­cupa­cio­nes. Otras veces se trata de hacer HerS­tory, es decir, encon­trar, docu­men­tar, escribir y hacer visibles las contribucio­nes de las muje­res y las femi­nis­tas a diver­sos campos de acción que no han sido docu­men­ta­das, han sido poco visibi­liza­das o direc­ta­mente silen­cia­das y borra­das de los rela­tos oficia­les e insti­tucio­na­les. Habida cuenta de que es nece­sa­rio rees­cribir toda la historia de las artes, las cien­cias y las tecno­logías desde una perspec­tiva anti­co­lo­nial, femi­nista y anti­capita­lista, el campo de acción de la HerS­tory y de la docu­men­ta­ción y crea­ción de memo­ria es un elemento central de la infra­es­truc­tura femi­nista.

Otra moti­va­ción para crear estos recur­sos compar­ti­dos es dar más visibi­li­dad a las perso­nas y colec­ti­vos femi­nis­tas para faci­litar su inclu­sión en ámbitos de los que tradi­cio­nal­mente han estado exclui­das, como el desa­rro­llo de las tecno­logías digita­les o la seguri­dad digital. Estos recur­sos también pueden estar direc­ta­mente orien­ta­dos a crear más opor­tu­ni­da­des profe­sio­na­les para ellas, o consis­tir en la crea­ción de listas de susu­rros para compar­tir infor­ma­ción sobre abusa­do­res sexua­les o perso­nas que tienen una clara agenda misó­gina o racista.

Muchos de estos recur­sos tienen distin­tas políti­cas de visibi­li­dad: algu­nos buscan la difu­sión pública, mien­tras que otros preten­den ser compar­ti­dos o acce­sibles sólo a través de redes de afini­dad. Del mismo modo, algu­nos de estos recur­sos se crean dentro de una infra­es­truc­tura impul­sada y gestio­nada por femi­nis­tas, y la mayor parte se crean dentro de la Inter­net femi­nista y pueden desple­garse dentro de Google Docs o grupos de Facebook.

Por último, es impor­tante subra­yar que la mayo­ría de estos recur­sos se producen y mantie­nen de forma volun­ta­ria y rara vez cuen­tan con un modelo econó­mico que los sustente de manera esta­ble, haciendo que su exis­ten­cia y soste­nibi­li­dad en el tiempo dependa gene­ral­mente de la moti­va­ción y posibi­li­da­des de sus desa­rro­lla­do­ras. Algu­nos ejem­plos son Cyber­fe­mi­nism Index, 34 Musea M.A.M.I, 35 Anar­cha­ser­ver, 36 Wikife­mia, 37 la Licen­cia Femi­nista de Pares (F2F)38 o La Crea­tura.39

Autodefensa con las lineas de aten­ción (femi­nist helpli­nes)

Las líneas de aten­ción fueron inicial­mente crea­das para ayudar a perso­nas que contem­pla­ban el suicidio. Ahora hay líneas de ayuda que funcio­nan para ayudar a perso­nas vícti­mas de inti­mi­da­ción, acoso, trata y explota­ción humana, meno­res que se han fugado de casa, así como perso­nas que sufren algún tipo de estigma o discrimi­na­ción por su iden­ti­dad de género u orien­ta­ción sexual. Pode­mos inter­pre­tar estas inicia­ti­vas como una respuesta autoor­ga­nizada de la socie­dad civil para contra­rres­tar estos abusos.

En este sentido, revis­ten espe­cial inte­rés las líneas de ayuda crea­das por muje­res, para muje­res, que buscan infor­ma­ción sobre sus dere­chos sexua­les y reproduc­ti­vos, y sobre cómo obte­ner un aborto seguro, en países donde estos dere­chos están perse­gui­dos y/o pena­li­za­dos. En la mayo­ría de los casos, estas líneas se basan en los prin­cipios de respeto, soli­da­ri­dad, inclu­sión y confiden­cia­li­dad.

Las violen­cias machis­tas digita­les son una nueva forma de violen­cia machista que está aumen­tando conside­ra­ble­mente y, a la vez, sigue invi­sibi­lizada. Fembloc40, Nave­gando libres41 y Maria­lab42 son tres proyec­tos sin ánimo de lucro que tienen como obje­tivo dar apoyo a perso­nas que enfren­tan violen­cias machis­tas digita­les en Cata­lunya, Ecua­dor y Brasil43. Estas líneas de aten­ción se inscriben dentro del pano­rama global de “líneas de aten­ción femi­nis­tas”. Estas líneas de aten­ción forman parte del pano­rama global de “líneas de aten­ción femi­nis­tas44” que confor­man una comu­ni­dad de apren­dizaje y cono­ci­mien­tos faci­litada desde el programa de defen­so­ras digita­les. Las femi­nis­tas están creando infra­es­truc­turas para siste­ma­tizar el apoyo y soli­da­ri­dad hacia las perso­nas que enfren­tan violen­cias machis­tas digita­les, cubriendo el vacío dejado por el mercado y las plata­for­mas, por un lado, y las insti­tucio­nes y circuitos de aten­ción por otro45.

Para profun­dizar un poco mas acerca de una linea femi­nista de la cual somos parte, Fembloc, y de que manera esta se piensa, proyecta y diseña en base a un trabajo cons­ciente sobre su infra­es­truc­tura técnica pode­mos ilus­trar el siguiente reco­rrido. Durante el confi­na­miento, las VM y las VMD aumen­ta­ron expo­nen­cial­mente alre­de­dor del mundo y muchos servi­cios presen­cia­les debie­ron migrar a un entorno online, lo cual plan­teó una serie de proble­má­ti­cas acerca de cómo hacerlo de manera segura o quién no tiene acceso a este tipo de aten­ción. Dentro de la Red de Autodefensa Femi­nista Online, dife­ren­tes inte­gran­tes crean un grupo de trabajo para inter­cam­biar meto­do­logías de faci­lita­ción y migrar talle­res de autodefensa femi­nista a entor­nos online. De forma comple­men­ta­ria, otro grupo de trabajo se crea para propor­cio­nar apoyo volun­ta­rio y confiden­cial a perso­nas que enfren­tan VMD.

Para ello, se crea un formula­rio en línea para poder ponerse en contacto con la Red. La infra­es­truc­tura técnica se autoges­tiona también desde la Red y consiste en un conjunto de herra­mien­tas en línea insta­la­das en Maadix, un servi­dor seguro y femi­nista. Se utilizan nextcloud, ether­pads y decks para el trabajo de desa­rro­llar y compar­tir recur­sos inter­na­mente, una instan­cia de Big Blue Button y una sala en Jitsi para las video­con­fe­ren­cias. Final­mente, se desa­rro­lla una página web está­tica, lo que la hace más ligera, más fácil de cargar para perso­nas con mala conec­ti­vi­dad y menos propensa a ataques de defa­ce­ment, por ejem­plo. También se incluye un botón de salida rápida: un protocolo están­dar para cual­quier sitio web orien­tado a perso­nas que puedan estar enfren­tando VMD.

El trabajo ideando y asegurando la infra­es­truc­tura técnica de la red Autodefensa y luego de la línea de aten­ción Fembloc pone de relieve la impor­tan­cia de las herra­mien­tas libres y de quie­nes contribuyen a su desa­rro­llo, uso, mante­ni­miento. Todo ello nos lleva a pensar en la infra­es­truc­tura digital femi­nista critica que repre­sen­tan los servi­do­res femi­nis­tas.

Servi­do­res femi­nis­tas

Los servi­do­res femi­nis­tas suman proce­sos de inves­ti­ga­ción, expe­ri­men­ta­ción y un conjunto de prác­ti­cas tecno­po­líti­cas desa­rro­lla­das por redes y grupos de ciber­fe­mi­nis­tas y trans­fe­mi­nis­tas inte­re­sa­das en crear una infra­es­truc­tura comu­ni­ca­cio­nal más autó­noma. Los servi­do­res femi­nis­tas están inte­re­sa­dos en crear las condi­cio­nes para que los datos, los conte­ni­dos y la memo­ria de los grupos femi­nis­tas puedan ser acce­di­dos, consul­ta­dos, conser­va­dos y gestio­na­dos adecua­da­mente. Se trata de ganar en auto­no­mía a la hora de cons­truir y manejar nues­tras plata­for­mas, asegurar que podre­mos exis­tir en espa­cios conec­ta­dos más seguros y poder tener acceso a una diver­si­dad de herra­mien­tas como listas de correo, blogs, wikis, siste­mas de gestión de conte­ni­dos (CMS), redes socia­les y cual­quier otro servi­cio, software y conte­nido nece­sa­rio para las luchas femi­nis­tas.

Actual­mente hay una decena de servi­do­res femi­nis­tas en funcio­na­miento, prin­cipal­mente en América Latina y Europa46. En esta sección docu­men­ta­mos algu­nos de estos proyec­tos en pala­bras de quie­nes las desa­rro­llan y nos centra­mos en ejem­plos de servi­do­res femi­nis­tas que se han centrado en el autoa­lo­ja­miento de servi­cios y conte­ni­dos en casa o dentro de redes loca­les de bajo consumo (o que utilizan incluso ener­gía solar).

Encontra­mos ejem­plos como La bekka47 y Momen­tá­nea48, que plan­tean la cues­tión de la infra­es­truc­tura humana dentro de la produc­ción y el inter­cam­bio de cono­ci­mien­tos, y cues­tio­nan la nece­si­dad de repen­sar los modos de compar­tir y alojar a nivel local, tanto por razo­nes de cone­xión social como por moti­va­cio­nes de decre­ci­miento y soste­nibi­li­dad que cues­tio­nan el modelo de produc­ción de las tecno­logías digita­les y su consumo ener­gético y explota­ción de las perso­nas, los recur­sos y los cuer­pos-territorios.

Pagina web autoa­lo­jada – La bekka49

Esta guía es el resul­tado de más de un año de trabajo en la_bekka, el espa­cio femi­nista de Eska­lera Karakola (EKKA), un espa­cio trans­fe­mi­nista ubicado en una anti­gua casa okupa de Madrid. Desde fina­les de 2017, nos reuni­mos sema­nal­mente para apren­der, compar­tir y cons­truir nues­tra infra­es­truc­tura digital. En marzo de 2018, un grupo de hackfe­mi­nis­tas se reunió en Cala­fou para cono­cerse y refle­xio­nar juntas sobre lo que signifi­caba cons­truir una infra­es­truc­tura femi­nista. Pensa­mos en máqui­nas (digita­les y analó­gi­cas), código y cone­xio­nes.

Monta­mos un servi­dor web con los recur­sos que tenía­mos a mano y pensa­mos que esta­rían fácil­mente dispo­nibles. Para el hardware, elegi­mos una Raspbe­rri Pi, una máquina pequeña y de bajo coste que mucha gente puede permitirse y con recur­sos sufi­cien­tes para alojar un sitio web. Es cierto que no todos tene­mos la posibi­li­dad de conse­guir uno. De todos modos, pode­mos seguir las instruc­cio­nes de esta guía utilizando un viejo portá­til, un orde­na­dor de sobre­mesa que haya­mos montado con piezas al estilo Frankens­tein. Pero otra ventaja de la Raspbe­rri Pi es su bajo consumo de ener­gía. Aunque varía en función de los servi­cios que utili­ce­mos, el consumo medio de ener­gía de nues­tro servi­dor será de unos 3 vatios por hora, lo que nos da un consumo mensual de 2,15 kilova­tios al mes si lo tene­mos encen­dido todo el día. Así que, sea cual sea el precio de la elec­tri­ci­dad donde vivas, no cree­mos que sea más de un dólar al mes. También usare­mos Raspbian, una distribución GNU/Linux desa­rro­llada para la Raspbe­rri Pi; Apache, porque es un servi­dor web con mucha docu­men­ta­ción y algu­nos ya sabe­mos un poco de él; y Jekyll, un gene­ra­dor de sitios está­ti­cos que reduce la canti­dad de recur­sos nece­sa­rios para ejecutarse”.

Autoa­lo­ja­miento de un sitio web con ener­gía solar – Momen­tá­nea50

“El prin­cipal obje­tivo de Momen­tá­nea es respon­der a tres pregun­tas: ¿Cuá­les son los efec­tos de la inter­sec­ción entre tierra, cuerpo y territorio digital? ¿Cómo nos afecta esto a nivel individual, comu­nita­rio y social? ¿Qué prác­ti­cas desa­rro­lla­mos para vivir en ella desde la aleg­ría? Inten­taré respon­der a estas pregun­tas en la página web está­tica que desa­rro­llaré y que estará alojada en un servi­dor femi­nista. La plata­forma web está­tica de este proyecto se apoyará en una base de ener­gía solar domés­tica. Utilizaré la ener­gía solar porque tener un servi­dor funcio­nando 24 horas al día, 7 días a la semana, consume recur­sos natura­les y huma­nos muy gran­des, que proce­den prin­cipal­mente del Sur; también implica rela­cio­nes de explota­ción a gran escala. En este sentido, Momen­tá­nea será una página web inter­mitente que sólo estará presente en inter­net cuando tenga­mos ener­gía solar, se acti­vará durante un periodo de tiempo deter­mi­nado para que la gente pueda inte­rac­tuar con ella. Luego se apagará cuando se agote la bate­ría, ya que puede que no sea nece­sa­rio tener una página web siem­pre en marcha 😉”.

Otros ejem­plos relevan­tes de infra­es­truc­tura femi­nista dentro del campo de los servi­do­res femi­nis­tas los encontra­mos en los proyec­tos de cl4n­des­tina51 y vede­tas52, ambas inicia­ti­vas desa­rro­lla­das en Brasil y que ofre­cen un espa­cio de expe­ri­men­ta­ción y apren­dizaje a la admi­nis­tra­ción de servi­cios, así como ofre­cen aloja­miento para sitios web de colec­ti­vos, orga­niza­cio­nes y movi­mien­tos socia­les femi­nis­tas con sede en América Latina. Por otra parte encontra­mos el servi­dor maadix53, un servi­dor femi­nista orien­tado hacia las colec­ti­vas y defen­so­ras de dere­chos huma­nos quien les permite tran­si­cio­nar hacia una infra­es­truc­tura mas segura ofre­cién­do­les habi­litar apli­ca­cio­nes de código abierto en un servi­dor propio a través de una inter­faz gráfica sin nece­si­dad de cono­ci­mien­tos técni­cos o gran­des inver­sio­nes.

Final­mente, otros proyec­tos de servi­do­res femi­nis­tas ofre­cen servi­cios como el nekroce­men­te­rio de Anar­cha­ser­ver54 donde se puede archi­var la memo­ria de pági­nas webs y medios de comu­ni­ca­ción femi­nis­tas reali­zando una copia está­tica de estas pagi­nas para que sigan siendo acce­sibles desde ese espa­cio.

Luego encontra­mos dos ejem­plos de instan­cias del fediverso mante­ni­das por el servi­dor femi­nista Syster Server55, por una parte una instan­cia de Masto­don56 y una instan­cia Peer­Tube57 permitiendo alojar videos sobre tecno­logías y even­tos tecno­fe­mi­nis­tas. Ambos proyec­tos dotan a un conjunto de redes y colec­ti­vas femi­nis­tas de la posibi­li­dad de poder llevar a cabo strea­ming de even­tos y alojar los vídeos en un servi­dor femi­nista, así como rela­cio­narse con el resto del fediverso habitando un servi­dor femi­nista.

La inclu­sión en estos espa­cios sigue siendo un reto: las condi­cio­nes de acceso y apren­dizaje en rela­ción a la admi­nis­tra­ción de servi­do­res siguen siendo espa­cios inac­ce­sibles y muy privi­le­gia­dos para la mayor parte de las compa­ñe­ras femi­nis­tas. La cues­tión del modelo econó­mico ideal sigue siendo una cues­tión abierta.

Bots y software femi­nis­tas

En la siguiente sección, presen­ta­mos proyec­tos de infra­es­truc­tura femi­nista que repien­san el código y el lenguaje infor­má­ti­cos e inten­tan incluir valo­res femi­nis­tas inter­sec­cio­na­les en los protoco­los de inter­net, pero también en los llama­dos algorit­mos y bots, los pequeños agen­tes que automa­tizan una enorme canti­dad de tareas dentro de Inter­net. Conta­mos con la propuesta formulada hacia el Grupo de Trabajo de Inge­nie­ría de Inter­net (IETF) para incluir dentro del núcleo RFC 8280 que versa sobre los dere­chos huma­nos, concluir los prin­cipios femi­nis­tas de inter­net para propo­ner reco­men­da­cio­nes sobre las reper­cu­sio­nes de los protoco­los en los grupos tradi­cio­nal­mente margi­na­dos.

El campo de la expe­ri­men­ta­ción en torno a la progra­ma­ción de bots femi­nis­tas58 es bastante rico y las inicia­ti­vas se han multi­pli­cado en los últi­mos años. Entre ellos figuran bots que funcio­nan como línea directa para perso­nas vícti­mas de la difu­sión de conte­ni­dos sexua­les ínti­mos sin su consen­ti­miento, 59 bots que crean y difun­den conte­ni­dos o datos femi­nis­tas en Facebook60 o Twitter61, y bots que funcio­nan como oráculos.62

Toge­ther­Net63 es un software de código abierto que invita a grupos de 10 o menos parti­cipan­tes a cons­truir archivos comu­nita­rios mediante prác­ti­cas de consen­ti­miento. Está diseñado en torno a la ética de la trans­pa­ren­cia de los datos y el consen­ti­miento, y busca trans­for­mar algu­nas políti­cas de dere­chos digita­les, como el dere­cho a ser olvi­dado, en una prác­tica encar­nada a través de la reimagi­na­ción de la arquitec­tura del software y la expe­rien­cia de la usua­ria.

Crea tus paque­tes Abya Yala64 es una biblio­teca de color inspi­rada en artis­tas plás­ti­cos lati­noa­me­ri­ca­nos o que han desa­rro­llado su obra en Lati­noa­mé­rica, está hecha para R[^2] en el marco Rspa­tial_es, una comu­ni­dad de usua­rios hispa­noha­blan­tes dedi­cada a análi­sis espa­cial. R es un entorno de software libre para el cálculo esta­dís­tico y los gráfi­cos

Read The Femi­nist Manual65 es un fanzine y un addon66 para los nave­ga­do­res Mozi­lla Firefox que reem­plaza en los manua­les técni­cos los pronom­bres “she” [ella] y “he” [él] por el pronom­bre de género neutro “they” [elle], permitiendo conse­guir manua­les técni­cos que se mues­tren menos discrimi­na­torios respecto a quien se presu­pone que desa­rro­lla y mantiene una tecno­logía.

Conclu­sio­nes

Las infra­es­truc­turas comu­nita­rias y las infra­es­truc­turas femi­nis­tas tienen algu­nos puntos en común, pero también algu­nas dife­ren­cias. Ambos tipos de infra­es­truc­tura se basan en proce­sos espe­cula­ti­vos para hacer cosas juntos. Ambos tipos de infra­es­truc­turas también pueden explotar, reven­tar y desapa­re­cer rápi­da­mente.

Las infra­es­truc­turas hay que pensar­las y desa­rro­llar­las, y luego hay que mante­ner­las. Es más cómodo desa­rro­llar que mante­ner. La infra­es­truc­tura comu­nita­ria y el infra­fem deben plan­tearse la cues­tión del mante­ni­miento y cómo no conver­tirse en depen­dien­tes de su propia infra­es­truc­tura

Infra­fem se basa en técni­cas para la vida, e implica tecno­logías que permiten siste­ma­tizar/fijar deter­mi­na­dos proce­sos. Exis­ten en ecosis­te­mas que nece­sitan ser docu­men­ta­dos, comu­ni­ca­dos, compar­ti­dos para exis­tir.

Tien­den a siste­ma­tizar/sedi­men­tar cier­tos proce­sos, absor­biendo técni­cas para la vida en tecno­logías apro­pia­das y consen­ti­do­ras.

Dirigen deter­mi­na­das nece­si­da­des/accio­nes hacia deter­mi­na­dos recur­sos para cubrir­las/respon­der a ellas, gene­rando a menudo efec­tos que aún no sabe­mos leer e inter­pre­tar.

Las infra­es­truc­turas tien­den a (re)gene­rar y (a)acumular, y la alquimia que resulta de esta tensión debe revi­sarse periódi­ca­mente para drenar o regar a tiempo.

Con dema­siada frecuen­cia, los infra­fem se hacen visibles cuando dejan de funcio­nar o cuando desapa­re­cen, así que ¿cómo pode­mos esta­ble­cer políti­cas preven­ti­vas de visibi­li­dad que contribuyan a su mante­ni­miento para que no desapa­rez­can?

Las infra­es­truc­turas son siem­pre ines­ta­bles, en perpe­tua fase beta, siem­pre nos hacen osci­lar en una tensión entre “ganar” en auto­no­mía y no “perder” en indepen­den­cia (y así no volver­nos dema­siado depen­dien­tes de esta infra­es­truc­tura).

Por tanto, en sí mismas plan­tean pregun­tas abier­tas sobre cómo pode­mos seguir utilizán­do­las o vivir sin ellas, y hasta qué punto lo hace­mos posible juntos.

Nues­tras perspec­ti­vas y condi­cio­nes de acceso, uso y desa­rro­llo de las tecno­logías están profun­da­mente influi­das por la forma en que el patriar­cado, el capita­lismo y el colo­nia­lismo están arraiga­dos en nues­tra vida coti­diana y en las socie­da­des en que vivi­mos. Crear una infra­es­truc­tura femi­nista nos da respues­tas y valor. Pensar en la diver­si­dad de nues­tras apor­ta­cio­nes y accio­nes nos permite abrir nuevos hori­zon­tes de acción política, así como proce­sos de repa­ra­ción, y configurar otras posibi­li­da­des para todos noso­t­ros.

Nece­sita­mos desa­rro­llar meto­do­logías para iden­ti­fi­car los proce­sos que crean la infra­es­truc­tura femi­nista y seguir explorando sus vínculos con las técni­cas y tecno­logías libe­ra­do­ras diseña­das para la vida y contra su destruc­ción. La protec­ción de la vida, y la centra­li­dad de los cuida­dos frente al extrac­ti­vismo, es una de las tensio­nes que atraviesa todo el campo de acción de la infra­es­truc­tura femi­nista.

Para repen­sar nues­tras trayec­torias y memo­rias colec­ti­vas con las tecno­logías, para poder contar­las y verlas, nece­sita­mos exami­nar los movi­mien­tos colec­ti­vos de las comu­ni­da­des impli­ca­das en la crea­ción de sus propias técni­cas y tecno­logías libe­ra­do­ras. Tene­mos que escribir la historia de la infra­es­truc­tura femi­nista en toda su diver­si­dad, desde las líneas de ayuda y las redes de herman­dad en todas sus varia­das formas, hasta la crea­ción de recur­sos útiles para las femi­nis­tas, pasando por la crea­ción de espa­cios más seguros, hacklabs femi­nis­tas, even­tos no mixtos y el desa­rro­llo de siste­mas para alber­gar nues­tros datos, protoco­los de Inter­net, bots e IA.

Notas:

Este texto es una versión larga redac­tada en Diciem­bre 2022 que se publi­cara en el libro libro editado por Calleja-López, A., Gabrielidis, A., Nava­rro, T. (eds.) (2024). Vectores Tecno­po­líti­cos.
Una versión corta en Inglés se ha incluido en la editorial para Gende­rIT “A femi­nist Conver­sation on cyber­se­curity” (2023).
 

Una primera versión de este texto se utilizo para la confe­ren­cia ” Desgra­nando la alianza entre capita­lismo, patriar­cado y tecno­logía”, un diálogo con Marta Peirano, Marga­rita Padi­lla y spide­ra­lex sobre como el sistema capita­lista, colo­nial y patriar­cal se entre­cruza e impacta en Inter­net (Noviem­bre 2022).
 

 

Refe­ren­cias:

1Utiliza­mos estos térmi­nos de manera inter­cam­bia­ble aunque enten­de­mos que pueden darse dife­ren­cias entre estos concep­tos según quien los utiliza o en que contexto geográfico, cultural, político y de lucha se enmar­can. En el marco de este escrito nos refe­ri­mos al conjunto de compa­ñe­ras femi­nis­tas que tienen un espe­cial inte­rés en enten­der, modifi­car, inves­ti­gar, crear y mante­ner técni­cas y tecno­logías (analó­gi­cas, biológi­cas, digita­les, socia­les / software – hardware -wetware) y en poner sus cono­ci­mien­tos respecto a estas técni­cas y tecno­logías al servi­cio de otras luchas femi­nis­tas.

2Cuando habla­mos de invo­car o habitar una tecno­logía nos refe­ri­mos a todo el proceso que conlleva desde desearla/soñarla hasta crearla/testeara/mante­nerla. En la perspec­tiva de las tecno­logías sobe­ra­nas, autó­no­mas y femi­nis­tas, las tecno­logías no se usan si no que se invo­can y luego se habitan y cuidan.

3“Por colo­nia­lismo digital se entiende el desplie­gue de un poder impe­rial a través de nuevas normas, diseños, lenguajes y culturas así como creen­cias que sirven sus inte­re­ses. En el pasado, los impe­rios expan­dían su poder a través del control de acti­vos estra­tégi­cos como las rutas de comer­cio o los meta­les precio­sos. Al reco­lec­tar infor­ma­ción perso­nal y tran­sac­cio­nal a escala nunca vista antes en la historia humana, unos cuan­tos actores corpo­ra­ti­vos tienen el poder de moldear la socie­dad”, El colo­nia­lismo digital por Renata Avila, experta en dere­chos huma­nos y tecno­logía, 2020, https://digital­future­so­ciety.com/es/qanda/el-colo­nia­lismo-digital-por-renata-avila-experta-en-dere­chos-huma­nos-y-tecno­logia/

4“Sobe­ra­nía tecno­lógica: ¿De qué esta­mos hablando?”, Marga­rita Padi­lla, 2018, https://sobtec.gitbooks.io/sobtec2/content/or/content/01prefa­cio.html

5Cédric Biagini, Guillaume Carnino, Les Luddites en France. Résis­tance à l’in­dus­tria­li­sation et à l’in­for­ma­ti­sation, Montreuil, éditions L’échappée, collec­tion « Frankens­tein », 2010

6 Murray Book­chin, “Hacia una tecno­logía libe­ra­dora”, 1965, https://es.thea­nar­chis­tlibrary.org/library/murray-book­chin-hacia-una-tecno­logia-libe­ra­dora

7Cédric Biagini, Guillaume Carnino, Les Luddites en France. Résis­tance à l’in­dus­tria­li­sation et à l’in­for­ma­ti­sation, Montreuil, éditions L’échappée, collec­tion « Frankens­tein », 2010

8Elleflâne, “De las tecno­logías apro­pia­das a las Tecno­logías Re-Apro­pia­das”, 2018, https://sobtec.gitbooks.io/sobtec2/content/es/content/07rats.html

12Loreto Bravo, “Una semi­lla brota cuando se siem­bra en tierra fértil”, 2018, https://sobtec.gitbooks.io/sobtec2/content/es/content/08rizo.html

15 Astraea Lesbian Foun­da­tion for Justice, Tech­no­logies for Libe­ra­tion: Towards abolition­nist Futures!, 2020, https://www.astraea­foun­da­tion.org/stories/tech­no­logies-for-libe­ra­tion-our-new-report-is-here/

23Siapera, Euge­nia. 2019. « Online Miso­gyny as Witch Hunt: Primitive Accumula­tion in the Age of

Tech­no­capita­lism », dans : D. Ging et E. Siapera (Dir.), Gender Hate Online: Unders­tan­ding the new Anti-

Femi­nism, pp. 21–43. New York: Palgrave Macmi­llan.

24Pode­mos citar los siguien­tes proyec­tos ya que son públi­cos: Anar­cha­ser­ver, La Bekka, Cl4n­des­tina, Código­Sur, MaadiX, Matriar.cat, Syster­ser­ver, Vede­tas, Diebin

29Extrac­tos de las entrevis­tas compi­la­das por el video­thon Lela­co­ders durante la conver­gen­cia Trans­Ha­ckFe­mi­nista 2022 acerca de la Infra­es­truc­tura Femi­nista. Gracias a Carl, Ayesha, Marianne, Paty, Mayelin, Marcia, Violeta, Jes, Lucia, Anna, Marta, Maria, Lina, Bobby, Gold­jian, Anais, Pris, Tribi­dou y Merlek por apor­tar sus expe­rien­cias y perspec­ti­vas sobre como proyec­tos y como defi­nir la Infra­es­truc­tura Femi­nista. Todas las videos pueden verse aquí: https://repo­sitory.anar­cha­ser­ver.org/index.php?/cate­gory/32

40https://fembloc.cat/

En este arti­culo “Tran­sitar de la autodefensa digital hacia la infra­es­truc­tura femi­nista” se cuenta acerca de la historia y el desa­rro­llo de Fembloc, una línea de aten­ción para aten­der las violen­cias machis­tas digita­les: https://www.elsal­todia­rio.com/atenea_cyborg/tran­sitar-de-la-autodefensa-hacia-la-infra­es­truc­tura-femi­nista

43 En esta mesa redonda conver­san acerca de cómo han diseñado sus modelos de abor­daje a las violen­cias machis­tas digita­les con una perspec­tiva femi­nista inter­sec­cio­nal y cuáles son los restos a los que se enfren­tan. Desde estas tres líneas de aten­ción femi­nis­tas se conversa acerca de nuevos modelos de abor­daje desde una mirada femi­nista amplia, que incluya las disiden­cias de género y las violen­cias LGTBIfóbi­cas, y herra­mien­tas que tengan en cuenta las espe­cifi­ci­da­des de las violen­cias digita­les: https://zoiahorn.anar­cha­ser­ver.org/thf2022/2022/04/19/agenda-presen­ta­cion-fembloc/

45En nues­tro estudio inter­na­cio­nal de líneas y modelos de aten­ción pudi­mos anali­zar 32 líneas de aten­ción a violen­cias machis­tas digita­les, de las cuales 19 se han creado entre 2015 y 2019 y 4 han sido crea­das en plena pande­mia, incluida Fembloc. Estos núme­ros no son de extra­ñar, ya que estas líneas de aten­ción son una respuesta al aumento conside­ra­ble de las violen­cias machis­tas digita­les y su impacto en nues­tras socie­da­des. Ver HACHE, A;  ALFAMA, E; SERVI­CIOS Y LINEAS DE ATEN­CIÓN QUE DAN APOYO A PERSO­NAS QUE ENFREN­TAN VIOLEN­CIAS MACHIS­TAS DIGITA­LES: MAPEO INTER­NA­CIO­NAL DE LOS MODELOS DE ATEN­CIÓN, 2022, Dispo­nible: https://fembloc.cat/archivos/recur­sos/6/imple­men­ta­tion-stud­ydef.pdf

46 Pode­mos citar los siguien­tes proyec­tos ya que son públi­cos: Anar­cha­ser­ver, La Bekka, Cl4n­des­tina, Código­Sur, MaadiX, Matriar.cat, Syster­ser­ver, Vede­tas, Diebin

57 La Licen­cia Femi­nista de Pares (F2F) (https://labe­kka.red/licen­cia-f2f/): es un fork de la Licen­cia de Produc­ción de Pares que permite libe­rar el cono­ci­miento y promo­ver la soste­nibi­li­dad finan­ciera de colec­ti­vas y redes que se orga­nizan bajo prin­cipios femi­nis­tas. https://tube.syster­ser­ver.net/

58Sophie Toupin & Stephane Couture (2020) Femi­nist chatbots as part of the

femi­nist tool­box, Femi­nist Media Studies, 20:5, 737–740, DOI: 10.1080/14680777.2020.1783802