Hacia la transformación digital que queremos

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Presentaciones del Ayuntamiento de Bilbao y SSI
Presentaciones de Donestech y Saregune
Àmbits de Treball

Dones­Tech parti­cipa­mos en estas jorna­das y esté es el excelente resu­men que han hecho.

El pasado 23 de noviem­bre en el Kultur­gune Femi­nista La Sinsorga nos encontra­mos orga­niza­cio­nes de lo social y repre­sen­tan­tes de admi­nis­tra­cio­nes públi­cas en un senci­llo evento en el marco del programa Inclu­sión Digital que apoya la Funda­ción Iber­drola España: Tercer Sector Social: nues­tro trabajo en rela­ción a lo digital (II Jornada).

Durante el encuen­tro cuatro presen­ta­cio­nes dieron pie a tres corros en los que poder dialo­gar en torno a tres temas que nos vienen preo­cupando desde el Tercer Sector Social.

Las presen­ta­cio­nes fueron:

Toda la infor­ma­ción que recibi­mos en estas presen­ta­cio­nes fue cata­li­za­dora de los poste­rio­res corros. A conti­nua­ción, reco­ge­mos algu­nas refle­xio­nes que se compar­tie­ron en los espa­cios de diálogo.

Seguir pensando: refle­xio­nes desde los márge­nes de las trans­for­ma­cio­nes digita­les

Una cues­tión que es impor­tante a la hora de trabajar en inter­ven­ción social es enten­der que las desigual­da­des son sistémi­cas, y se configuran a partir de la super­po­si­ción de dife­ren­tes factores como el género, la etnia y la clase social.

  • En este sentido, la brecha digital o las violen­cias en línea son conse­cuen­cias en muchos casos de esas desigual­da­des sistémi­cas.

Otra refle­xión inte­re­sante fue la de enten­der la violen­cia en lo digital de una forma más amplia:

  • Entre perso­nas // Moti­vada por el rechazo hacia un género, una orien­ta­ción sexual, una clase social, una etnia o raza…
  • Moti­vada por los merca­dos // Cuya conse­cuen­cia es un bombar­deo cons­tante que cosifica y mercan­ti­liza los cuer­pos y conduc­tas de las perso­nas (siendo las perso­nas jóve­nes más vulne­ra­bles a este hecho) por parte de plata­for­mas que gene­ran retor­nos econó­mi­cos en impac­tos publi­cita­rios.
  • Moti­vada por una proyec­ción de uso de la tecno­logía por parte de las empre­sas e insti­tucio­nes // La violen­cia que sufren las perso­nas con difi­cul­ta­des para compren­der y acce­der a los nuevos medios.

A partir de estas cues­tio­nes hemos podido enten­der mejor que, lo digital si bien nos está haciendo la vida más fácil a muchas perso­nas, entre ellas a muchas con diver­si­da­des funcio­na­les, aún no está al alcance de ser una herra­mienta de prove­cho para muchas otras.

¿Qué pode­mos hacer? Se expo­nen dife­ren­tes ideas en rela­ción a los dife­ren­tes proble­mas:

  • En lo rela­cio­nado a las violen­cias entre perso­nas en línea:
    • Educar en una mayor compre­sión en rela­ción a lo que subyace en lo digital y como afecta al deve­nir de las perso­nas. Una educa­ción que nos permita proyec­tar hacia otros usos de las herra­mien­tas digita­les y otras tecno­logías.
      • Tener dispo­siti­vos no es enten­der la tecno­logía: Carnet de compren­sión básica.
      • Seguir pensando en cómo nos afec­tan los nuevos cambios en los proce­sos de digita­li­za­ción: ¿Qué pasa con la Inteli­gen­cia Arti­fi­cial? ¿Puede acre­cen­tar la violen­cia o nos puede ayudar a miti­garla?
    • Forma­ción en violen­cia de género desde profe­sio­na­les (sexólogas, psicólogas, sociólogas) que también compren­dan lo que subyace en lo digital.
      • Perse­guir delitos, amena­zas… digita­les de la misma manera que se procesa en el offline.
    • En lo rela­cio­nado en las violen­cias estruc­tura­les
      • Vinculado con los modelos de negocio extrac­ti­vis­tas de datos que pueden gene­rar nuevos sesgos y vías para la discrimi­na­ción:
        • Siste­mas basa­dos en software libre:
          • Con algorit­mos audita­bles.
          • Servi­do­res sobe­ra­nos y éticos que cuiden la priva­ci­dad.
          • Forma­ción en autodefensa digital, para una mayor poder y control en torno al mundo digital en el que opera­mos en cada caso.
        • Rela­cio­na­das con los modelos de digita­li­za­ción de enti­da­des públi­cas y priva­das en las que todo el proceso cae en manos de la persona usua­ria como camino hacia la efica­cia, la eficien­cia en la gestión, en la reduc­ción de costes y en el aumento de las posibi­li­da­des de inno­va­ción.
          • Gene­rar espa­cios alter­na­ti­vos para las perso­nas que ahora están y en el futuro esta­re­mos en situa­ción de brecha con el cambio tecno­lógico de turno, encontre­mos apoyo de perso­nas que nos ayuden a mediar con los proble­mas que tienen y tendre­mos en lo digital.
            • De acceso senci­llo.
            • Que cuiden la priva­ci­dad de las perso­nas usua­rias.
            • Que las perso­nas usua­rias sien­tan como espa­cios seguros, en los que se les va a respe­tar y dar un buen trato.
            • Que faci­liten herra­mien­tas que no diri­jan a las perso­nas usua­rias hacia entor­nos en los que serían explota­dos: mejores redes socia­les digita­les en instan­cias loca­les que buscan una socia­li­za­ción más cerca de lo comu­nita­rio que redes socia­les en servi­do­res de multi­na­cio­na­les que mercan­ti­lizan la dinámica de la persona usua­ria.
            • Al ritmo de la persona usua­ria.
¿Pode­mos afec­tar las trans­for­ma­cio­nes digita­les sin afec­tar las tecno­logías?

En el corro se habló de que el software libre puede ser una herra­mienta para no pres­cin­dir de las posibi­li­da­des de lo digital proyec­tando hacia modelos de trans­for­ma­ción digital menos violen­tos con la vida.

El software libre no perte­nece a nadie, es un movi­miento, es como una receta que se puede compar­tir y mejorar de manera infi­nita. Muchas perso­nas usua­rias en riesgo de exclu­sión social y agen­tes del Tercer Sector social pueden verse benefi­cia­das de herra­mien­tas a su alcance.

Además, la posibi­li­dad de auditar el software, pude gene­rar que se desa­rro­lle tecno­logía más ética con un impacto menos perjudi­cial para las perso­nas en riesgo de exclu­sión social.

Pero, para poder pensar en el software libre como alter­na­tiva, es nece­sa­rio:

  • Cono­cer que exis­ten alter­na­tiva para poder elegir. Falta concien­cia del uso que hace­mos de los dispo­siti­vos y herra­mien­tas digita­les, de las deci­sio­nes que toma­mos.
    • ¿No cono­cer alter­na­ti­vas es una brecha digital para los agen­tes del Tercer Sector Social?
      • Tene­mos que alfa­be­tizar­nos, enten­diendo las distin­tas opcio­nes. Las insti­tucio­nes públi­cas debe­rían ser garan­tes de esa alfa­be­tiza­ción. ¿Por qué no apues­tan por el software libre?

En este espa­cio expre­sa­ron que en el Tercer Sector Social hace falta refle­xión, no seguir apar­cando el tema y trabajar por tener un código ético digital. Al sector le toca cuidar espe­cial­mente de los “despla­za­dos digita­les” y desa­rro­llar vías para incor­po­rar­les al mundo digital, en el que la forma­ción es clave.

¿Quié­nes deben lide­rar el trán­sito hacia la trans­for­ma­ción digital que quere­mos?

En este encuen­tro hemos trabajado en tres líneas: violen­cias, brechas y tecno­logías, pero no son líneas aisla­das, ni siem­pre vamos a tener la posibi­li­dad de trabajar en todas al mismo tiempo, si bien es cierto que se irán cruzando. Tran­sitar hacia otro modelo de digita­li­za­ción es un proceso que ya ha empezado, en el que debe­mos vernos como agen­tes y no como usua­rios todas las insti­tucio­nes públi­cas y priva­das.

Además, lo que hemos hablado en este encuen­tro tiene bastante rela­ción con la Decla­ra­ción de Dere­chos Digita­les de la Unión Euro­pea:

1. Las perso­nas en el centro

2. Soli­da­ri­dad e inclu­sión

3. Liber­tad para elegir

4. Parti­cipa­ción

5. Protec­ción (priva­ci­dad) y seguri­dad

6. Soste­nibi­li­dad

 

FACI­LITA­CIÓN GRÁFICA. PENSA­MIENTO VISUAL EDE (NEREA LANDAJO)