Las mujeres de ENIAC

ENIAC es un acrónimo inglés de Electronic Numerical Integrator And Computer (Computador e Integrador Numérico Electrónico), utilizada por el Laboratorio de Investigación Balística del Ejército de los Estados Unidos. Máquina gigantesca que ha sido la primera computadora de propósito general.

La ENIAC fue construida en la Universidad de Pennsylvania por John Presper Eckert y John William Mauchly, ocupaba una superficie de 167 m² y operaba con un total de 17.468 válvulas electrónicas o tubos de vacío. Físicamente, la ENIAC tenía 17.468 tubos de vacío, 7.200 diodos de cristal, 1.500 relés, 70.000 resistencias, 10.000 condensadores y 5 millones de soldaduras. Pesaba 27 tn, medía 2,4 m x 0,9 m x 30 m; utilizaba 1.500 conmutadores electromagnéticos y relés; requería la operación manual de unos 6.000 interruptores, y su programa o software, cuando requería modificaciones, tardaba semanas de instalación manual.

Aunque resulta frecuente encontrar en numerosos textos el nombre de los creadores del ENIAC - John Presper Eckert y John William Mauchly- no lo es tanto encontrar la referencia de quienes se encargaron de hacer funcionar la computadora. En la descripción del puesto de trabajo se decía: «Requiere esfuerzo, creatividad mental, espíritu innovativo y un alto grado de paciencia» ya que, por cierto, el ENIAC no tenía manual de programación.

Quienes se encargaron de que la computadora funcionara fueron seis mujeres: Kay Antonelli, Jean Bartik, Betty Holberton, Marlyn Meltzer, Frances Spence y Ruth Teitelbaum. Sus nombres fueron invisibilizados durante años y han sido recuperados recientemente para la historia de la computación.

Ellas que desarrollaron los primeros programas de software de la primera computadora electrónica y crearon el campo de la programación. A mediados de los cuarenta del siglo XX eran las únicas programadoras de computadoras de propósito general en el mundo. Fueron así las maestras de la primera generación de programadores digitales.

La historia de estas mujeres ha estado invisibilizada hasta que en 1986 una estudiante de Harvard, Kathryn Kleiman descubrió la historia de estas mujeres al realizar una investigación sobre el papel de las mujeres en la computación. La información fue difundida por Tom Petsinger que realizó un reportaje reconociendo el trabajo de las mujeres del ENIAC para Wall Street Journal.

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